Un reciente estudio realizado en Polonia reveló que las mujeres con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) presentan un estado nutricional notablemente más deficiente que sus contrapartes sanas, caracterizado por una menor masa muscular y una alta incidencia de sarcopenia.
La investigación, publicada en la revista Nutrients y liderada por Małgorzata Godala, de la Universidad Médica de Lodz, destaca la necesidad de incluir pruebas de fuerza muscular en la evaluación rutinaria de estos pacientes.
El estudio de casos y controles evaluó a 80 adultos con diagnóstico de enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, comparándolos con 80 individuos sanos emparejados por composición corporal. Utilizando mediciones de bioimpedancia eléctrica, los investigadores analizaron parámetros como masa muscular esquelética, contenido de proteínas y minerales, y fuerza de agarre manual.
Los resultados mostraron que las mujeres con EII tenían una masa muscular (24,4 kg frente a 27,9 kg) y un índice de masa muscular (IMM) (7,8 kg/m² frente a 9,9 kg/m²) significativamente inferiores en comparación con las mujeres sanas, además de niveles más bajos de proteínas, minerales y masa corporal magra. En consecuencia, el 37,5 % de las mujeres con EII fueron diagnosticadas con sarcopenia.
En cuanto a la fuerza muscular, tanto mujeres como hombres con EII registraron valores significativamente más bajos que sus equivalentes sanos (22,4 kg frente a 25,9 kg en mujeres y 26,9 kg frente a 28,7 kg en hombres). Sin embargo, no se observaron diferencias significativas en otros parámetros de composición corporal o incidencia de sarcopenia entre los hombres.
El estudio también encontró que los pacientes con enfermedad de Crohn presentaban un peor estado nutricional y menor fuerza muscular que aquellos con colitis ulcerosa. Los principales predictores de sarcopenia en pacientes con EII fueron el sexo y la actividad de la enfermedad.
Los autores advierten que, «en el diagnóstico de la sarcopenia, la evaluación clínica basada únicamente en el IMC es insuficiente; por lo tanto, la prueba de fuerza muscular debería incluirse en la evaluación antropométrica de rutina de los pacientes con EII debido a su asociación con baja masa muscular».
Entre las limitaciones del estudio se encuentran su carácter unicéntrico, el tamaño reducido de la muestra y el hecho de que la mayoría de los pacientes recibían terapia biológica, factores que podrían limitar la generalización de los resultados.
