La hipertensión arterial afecta a uno de cada tres adultos en el mundo, es decir, a más de 1.300 millones de personas, según la OMS. Esta enfermedad, considerada el principal factor de riesgo para accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular y enfermedad coronaria, puede prevenirse y controlarse mediante cambios en el estilo de vida y en muchos casos, con medicación.
Con el fin de actualizar la evidencia y mejorar la atención de los pacientes, la American Heart Association (AHA) publicó en agosto de 2025 sus nuevas guías para la prevención, detección y tratamiento de la hipertensión arterial, en reemplazo de las de 2017.
Principales actualizaciones de las guías 2025
Los expertos destacan cinco puntos clave en esta revisión:
- Meta de presión arterial más estricta: lograr un valor sistólico ≤130 mmHg, e idealmente de 120 mmHg, en adultos con hipertensión.
- Prevención del deterioro cognitivo: nueva evidencia confirma que un control intensivo de la presión arterial reduce el riesgo de demencia y deterioro cognitivo.
- Inicio temprano de terapia farmacológica: en adultos con presión promedio ≥130/80 mmHg, se recomienda iniciar medicación junto con cambios de estilo de vida si, tras 3 a 6 meses de intervención no farmacológica, no se alcanza la meta.
- Reducción de sodio: avanzar hacia un consumo ideal de 1.500 mg/día de sodio.
- Consumo de alcohol más estricto: limitar la ingesta a menos de 1 bebida diaria en mujeres y 2 en hombres para prevenir o tratar la hipertensión.
Control y seguimiento, una prioridad anual
El comité de expertos de la AHA resalta la importancia de la medición regular de la presión arterial:
- Todos los adultos deben medir su presión al menos una vez al año.
- Quienes tengan hipertensión necesitan controles más frecuentes.
- Si un paciente registra cifras de 180/120 mmHg o más, debe acudir de inmediato a un médico, sobre todo si presenta síntomas como dolor en el pecho, falta de aire, parálisis o dificultad para hablar.
Estrategias de prevención: el papel del estilo de vida
El cardiólogo intervencionista Cheng-Han Chen, MD, destacó que las guías enfatizan la necesidad de intervenciones tempranas y cambios en los hábitos:
- Seguir una dieta cardiosaludable baja en sodio.
- Mantener un peso adecuado (perder al menos el 5% en casos de sobrepeso u obesidad reduce el riesgo).
- Eliminar o reducir el consumo de alcohol.
- Practicar actividad física regular.
- Manejar adecuadamente el estrés.
Estos cambios, combinados con la terapia farmacológica cuando es necesaria, permiten alcanzar un mejor control y disminuir complicaciones cardiovasculares.
La OMS estima que un mejor control de la hipertensión podría prevenir hasta 76 millones de muertes en el mundo antes de 2050. Para la AHA, cada persona tiene la oportunidad de modificar el curso de su salud con medidas sencillas pero constantes: detección temprana, seguimiento anual y adherencia a los tratamientos.
Como recordó Daniel W. Jones, MD, FAHA, presidente voluntario del comité de redacción de las guías:“Cada persona tiene la oportunidad de cambiar el curso de su salud. La clave está en el tamizaje anual, la prevención y el tratamiento temprano de la hipertensión para lograr una vida más larga y saludable”.
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