La alegría navideña puede ser engañosa, así lo confirmó un estudio reciente que ha demostrado que estas fechas festivas también están vinculadas a un aumento en los casos de trastornos mentales.
Aunque las festividades de fin de año suelen asociarse con alegría y reuniones familiares, un estudio reciente ha revelado una realidad menos festiva: un aumento significativo en los problemas de salud mental durante esta época. Según la investigación, realizada por la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura en Bogotá, hasta un 70% de la población podría experimentar un deterioro en su bienestar emocional durante estas fechas.
Diversos factores contribuyen a este incremento en los problemas de salud mental durante las fiestas de fin de año. Entre ellos se encuentran las altas expectativas, la comparación con los demás, el aislamiento social, las dificultades económicas, la pérdida de seres queridos y la presión por mantener una imagen de felicidad. Todos estos elementos pueden desencadenar una amplia gama de emociones negativas, afectando significativamente el bienestar psicológico de las personas.
“Primero, consulte a un profesional para recibir asesoría y orientación psicológica; segundo, evite participar recurrentemente en reuniones sociales, sobre todo si lo va hacer por compromiso, pues estos encuentros pueden aumentar su depresión y ansiedad; tercero, organice mejor su tiempo y recursos, con el fin de evitar sobrecargas físicas, económicas y cognitivas; y cuarto, por muy complicado que parezca aprenda a decir no a compromisos e invitaciones que pueden elevar y agudizar los sentimientos de tristeza y nostalgia”, explicó Edwin Oliveros, profesor de la Universidad de San Buenaventura y autor de este estudio.
Indicó que las personas que enfrentan circunstancias adversas pueden experimentar un agravamiento de sus problemas de salud mental durante las fiestas, debido a la presión social por celebrar y la sensación de estar excluidos de la alegría generalizada.
Además, destacó que “según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hoy cerca de 280 millones de ciudadanos alrededor del mundo presentan episodios depresivos; y, de acuerdo con la Asociación Americana de Psicología, quienes tienen esta enfermedad, las presiones propias de la temporada de fin de año pueden acentuar en más de un 70 % sus síntomas.”
El profesor de la Universidad de San Buenaventura, Edwin Oliveros, expuso las cinco principales razones que, durante esta temporada de fin de año, ocasionan un aumento superior al 70% en los problemas de salud mental.
– Expectativas idealizadas: Las altas expectativas sobre cómo deberían ser las celebraciones, los destinos de vacaciones, las compras o la cantidad de regalos que se desean, así como salir con amigos y aceptar invitaciones, pueden incrementar la frustración debido a la falta de tiempo, recursos económicos y el distanciamiento social.
“Esto intensifica la sensación de desesperanza, los pensamientos negativos y los episodios de depresión o ansiedad”, afirmó.
– Soledad y aislamiento: En diciembre, al igual que en cualquier otra época del año, hay quienes han perdido recientemente a seres queridos, están lejos de su familia, han salido de sus empleos, enfrentan dificultades académicas o han experimentado rupturas afectivas, desde divorcios hasta el término de relaciones estables.
“Estas festividades pueden resaltar sentimientos de soledad que se agudizan en Navidad, provocando tristeza, desesperanza, añoranza y nostalgia”, indicó.
– Crisis financieras: Este periodo se caracteriza por un elevado gasto debido a la compra de regalos, la participación en novenas, los constantes desplazamientos fuera de la ciudad y la carga laboral intensa, entre otros.
“Las tensiones cognitivas, físicas y emocionales, junto con prácticas irresponsables en el manejo del dinero, como gastar más de lo que se ingresa, pueden incrementar notablemente la ansiedad y la depresión”, agregó.
– Consumo elevado de alcohol y otras sustancias psicoactivas: Al ser depresores del sistema nervioso central, el alcohol y las drogas provocan cambios en el comportamiento que, en lugar de generar felicidad y entusiasmo, pueden resultar en mayor tristeza, inquietud y sentimientos de culpa.
– Cierre de ciclos: El final del año suele ser un momento de reflexión en el que las personas evalúan sus logros y fracasos.
“Esto puede llevar a sensaciones de insatisfacción o arrepentimiento y reproches, particularmente si no se cumplieron las metas personales, lo que puede generar pensamientos y actitudes relacionadas con un estado depresivo”, concluyó.
Es fundamental reconocer que no todas las personas viven las fiestas de la misma manera y que es normal sentir tristeza, soledad o ansiedad durante esta época. Si estás experimentando dificultades emocionales, es importante buscar apoyo en tu entorno o consultar a un profesional de la salud mental. Cuidar de tu bienestar emocional es esencial para afrontar las fiestas de manera más saludable y disfrutar de momentos de alegría y conexión con tus seres queridos.