“Las personas valoran universalmente que las pruebas de tuberculosis sean gratuitas, rápidas y con alta precisión”, señaló el Dr. Andrew Kerkhoff, investigador principal de la Universidad de California en San Francisco, al presentar en The Lancet Primary Care los resultados de un estudio internacional que analizó las preferencias de más de mil pacientes en cinco países de alta carga de TB. La investigación, la primera de su tipo en múltiples regiones, revela datos clave para orientar las futuras actualizaciones de los perfiles de producto objetivo de la OMS.
El trabajo, realizado entre 2022 y 2024 en India, Filipinas, Sudáfrica, Uganda y Vietnam, incluyó a 1044 participantes que habían sido evaluados o diagnosticados recientemente con tuberculosis. Mediante un experimento de elección discreta, se indagó qué características de una prueba diagnóstica eran más valoradas: tipo de muestra, precisión, costo, lugar de realización y tiempo de entrega del resultado. Los hallazgos muestran que el costo gratuito fue el atributo con mayor peso, seguido de la exactitud diagnóstica (90 %) y la rapidez en la entrega de resultados, idealmente en 15 minutos.
De manera interesante, los pacientes estuvieron dispuestos a aceptar una reducción de entre 10 % y 20 % en la precisión si esto garantizaba resultados inmediatos, lo que refleja la importancia de un diagnóstico oportuno frente a la espera. En contraste, el tipo de muestra (esputo, hisopado de lengua, orina o sangre) fue el aspecto menos determinante, aunque en países como Filipinas e India los hisopados de lengua resultaron más aceptables que el esputo tradicional.
Las diferencias por país evidencian la necesidad de enfoques adaptados. En Vietnam, por ejemplo, se observó mayor preferencia por pruebas domiciliarias, mientras que en Sudáfrica y Uganda los participantes priorizaron la disponibilidad en centros de salud. No obstante, en general, el sitio más valorado para realizar la prueba fue la atención en una instalación de salud, probablemente por la confianza en el personal y la posibilidad de iniciar tratamiento de inmediato.
Los análisis de disposición a pagar mostraron que los pacientes estarían dispuestos a desembolsar en promedio 2,8 dólares por una prueba con resultados en 15 minutos, pese a que la gratuidad se mantiene como la opción más valorada. Este hallazgo resalta que, incluso en contextos de recursos limitados, existe un reconocimiento del valor agregado de las pruebas rápidas cuando la espera puede significar pérdida de ingresos, gastos en transporte o retraso en el inicio del tratamiento.
El estudio identificó además cuatro grupos de preferencias: quienes priorizan la rapidez y el costo, quienes valoran sobre todo la precisión, quienes se centran en la gratuidad absoluta y quienes privilegian el lugar de la prueba. Esta heterogeneidad muestra que, aunque hay consensos claros, también existen matices culturales y contextuales que deben considerarse al diseñar nuevas herramientas diagnósticas.
En conclusión, la investigación subraya que las futuras pruebas de TB deben ser diseñadas desde una lógica centrada en el paciente, priorizando accesibilidad económica, rapidez en los resultados y alta precisión, pero reconociendo que los compromisos aceptables pueden variar entre comunidades. “Incorporar las voces y preferencias de quienes se someten a las pruebas es esencial si queremos cerrar la brecha en diagnósticos y salvar más vidas frente a la tuberculosis”, puntualizó Kerkhoff.
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