Enero es el mes de concienciación sobre el cáncer cervical, y la Dra. Keimari Méndez, facultativa del Programa de Residencia en Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Puerto Rico, en entrevista con PHL, recalcó la importancia de la detección oportuna y la prevención de esta enfermedad.
La Dra. Méndez explicó que el cáncer cervical es causado por el Virus del Papiloma Humano (VPH), un patógeno que, en casi el 100% de los casos, genera daños en el tejido del cuello uterino. “Estos daños pueden progresar con el tiempo hasta convertirse en lesiones precancerosas o cáncer si no se detectan a tiempo, por lo que, con los chequeos anuales, tenemos la oportunidad de identificar estos cambios en estadios tempranos y evitar su progresión», afirmó.
Factores como el inicio temprano de relaciones sexuales y la cantidad de parejas sexuales pueden aumentar el riesgo de infección por VPH, destacó la facultativa. Incluso, señaló que una sola pareja puede ser responsable de la infección, de ahí la importancia de realizarse pruebas de rutina.
Respecto al momento indicado para las pruebas de detección temprana, la Dra. Méndez destacó que las guías de cernimiento para la detección del cáncer cervical establecen la realización de pruebas a partir de los 21 años. Sin embargo, en algunos casos, bajo criterio médico y según situaciones puntuales, se pueden ajustar de acuerdo con la edad y el historial clínico de cada paciente.
“Actualmente, las pruebas de detección incluyen la citología (Papanicolaou) y la prueba de VPH. Además, se están desarrollando métodos innovadores como el ‘self-sampling’, que permite a las pacientes realizarse la prueba sin intervención directa de un médico”, explicó.
Para la facultativa de la Universidad de Puerto Rico, es importante que las personas comprendan que la infección por VPH generalmente no presenta síntomas, lo que dificulta su detección sin pruebas específicas. “Algunos tipos de VPH de bajo riesgo pueden causar verrugas genitales, pero los tipos de alto riesgo, como el VPH-16, están directamente vinculados al desarrollo del cáncer cervical y sus lesiones precancerosas”, expresó.
Agregó que el sistema inmunológico juega un papel clave en el control del virus. En muchos casos, el cuerpo logra suprimir la infección sin que cause daños significativos. Sin embargo, si el virus persiste y genera cambios celulares anormales, se pueden requerir tratamientos, como procedimientos quirúrgicos, para evitar la progresión a cáncer.
Por esa razón, la Dra. Méndez enfatizó que la principal estrategia de prevención es la vacunación contra el VPH, recomendada para niñas y niños desde los 9 años. “Para aquellas personas que ya han estado expuestas al virus, el uso de métodos de barrera, como el condón, y el mantenimiento de un sistema inmunológico fuerte mediante una buena alimentación y ejercicio pueden ayudar a reducir el riesgo de complicaciones”.
Otro aspecto fundamental, de acuerdo con la Dra. Méndez, es que, en sus estadios iniciales, el cáncer cervical no presenta síntomas. “Sin embargo, a medida que avanza, pueden aparecer signos como sangrado anormal, especialmente después de las relaciones sexuales, y dolor pélvico. La detección oportuna permite un tratamiento más efectivo, que en casos iniciales suele ser quirúrgico y con una alta tasa de supervivencia”.
La Dra. Méndez enfatiza la importancia de la educación y concienciación sobre el VPH, las lesiones precancerosas y el cáncer cervical. «La información es clave. Detectar a tiempo salva vidas. En este mes de concienciación, es fundamental que las mujeres se realicen sus chequeos rutinarios y promuevan la prevención de esta enfermedad”, concluyó.