Por: Lcda. Olga Sinigaglia LND, MHSN
Este 4 de marzo celebramos el Día Mundial de la Obesidad con el objetivo de aumentar la concienciación, mejorar políticas y compartir experiencias. En Puerto Rico, según datos del CDC de 2023, la prevalencia de obesidad es del 35% al 40% de la población.
La obesidad pediátrica también continúa en aumento y, como nutricionista pediátrica, reconozco la importancia de educar sobre este tema, especialmente desde el deseo de ser padres. El impacto de la calidad de la dieta en edades tempranas se puede observar a lo largo de la vida.
En este contexto, la educación que reciban las familias sobre alimentación es clave. Empoderar a las familias y tener en cuenta sus necesidades económicas es fundamental para ayudarlas a seleccionar los mejores alimentos para todos en el hogar.
Son muchos los factores con los que luchan las personas a diario para darle de comer a sus familias. Entre estos se encuentran el aumento significativo del costo de muchos alimentos, de otros servicios básicos, alquileres de vivienda, o los costos actuales de venta, así como los empleos mal remunerados, los cuales complican la situación económica de las familias.
Por otro lado, es importante destacar que también podemos observar una relación entre el consumo de ciertos alimentos y el estado emocional de las personas. Algunas personas, en situaciones de ansiedad y estrés, aumentan su consumo de alimentos; mientras que, en otras, puede ocurrir el efecto contrario. Es por ello que el trabajo interdisciplinario es tan importante para el bienestar del paciente.
