Lidiar con los brotes que provoca el acné puede ser un verdadero desafío tanto físico como mental, ya que a diferencia de otras afecciones, el acné es una condición visible que suele impactar en la autoestima y confianza de las personas que lo padecen.
De hecho, entre más graves sean los síntomas del acné, mayor será el sufrimiento emocional y las cicatrices visibles en la piel que provoca esta enfermedad. Las cicatrices pueden durar años e incluso toda la vida.
El Instituto Nacional de Artritis, Enfermedades Músculo-esqueléticas y de la Piel, aborda el impacto emocional de esta enfermedad. “El acné puede causar vergüenza o hacer que la persona se sienta tímida o ansiosa”.
Sin embargo, existen varias herramientas que te pueden ayudar a tener un equilibrio emocional en medio de todo el proceso que involucra el diagnóstico y tratamiento del acné.
- Reconoce tus emociones
Es completamente normal sentirse frustrado, avergonzado o incluso deprimido debido al acné. Reconocer y aceptar las emociones es el primer paso para lidiar con ellas de manera saludable.
- Habla con alguien de confianza
No tengas miedo de compartir tus sentimientos con alguien de confianza, ya sea un amigo, un miembro de la familia o un profesional de la salud. Expresar tus emociones puede ayudarte a sentirte más aliviado y menos solo en tu experiencia.
- Mantén una mentalidad positiva
Aunque puede ser difícil, trata de mantener una actitud positiva en medio de los desafíos que enfrentas. Practica el autocuidado con actividades que te hagan sentir bien.
- Busca apoyo profesional si es necesario
Si sientes que tu salud emocional se ve gravemente afectada por el acné, considera hablar con un terapeuta o un consejero. Estos profesionales pueden proporcionarte herramientas y estrategias para manejar el estrés, la ansiedad y la depresión asociados con la condición de la piel.
En la búsqueda constante de soluciones para el acné, es vital no pasar por alto el impacto emocional que esta condición de la piel puede causar. Además, también es importante incluir un adecuado tratamiento médico y dermatológico, ya que de esto depende en gran medida el cuidado de la salud mental.
