Romosozumab: una terapia contra la osteoporosis que también podría proteger frente a la artrosis

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El romosozumab, ya conocido como un fármaco eficaz contra la osteoporosis, muestra evidencias de que también podría reducir el riesgo de artrosis, especialmente en rodilla.

La osteoporosis y la artrosis son dos enfermedades que afectan de manera significativa la calidad de vida de millones de personas, especialmente en la tercera edad. Aunque suelen mencionarse por separado, ambas comparten un factor común: el deterioro progresivo de los huesos y articulaciones con el paso del tiempo. Hasta hace poco, los tratamientos disponibles buscaban atender cada una de estas condiciones de manera aislada. Sin embargo, un estudio reciente liderado por investigadores de la Universidad de Tokio, publicado en Annals of the Rheumatic Diseases en julio de 2025, plantea una idea prometedora: un medicamento para la osteoporosis, llamado romosozumab, podría también reducir el riesgo de desarrollar artrosis.

Este hallazgo resulta especialmente interesante porque abriría la puerta a un tratamiento con beneficios dobles: fortalecer los huesos y al mismo tiempo proteger las articulaciones.

¿Qué es el romosozumab?

El romosozumab es un anticuerpo monoclonal diseñado para estimular la formación de hueso nuevo y, al mismo tiempo, reducir la pérdida de masa ósea. Se administra una vez al mes mediante inyección y está aprobado en muchos países para el tratamiento de la osteoporosis en personas con alto riesgo de fracturas. A diferencia de otros fármacos como los bisfosfonatos (que reducen la destrucción del hueso) o la teriparatida (que estimula la formación ósea de manera más limitada), el romosozumab ofrece un doble mecanismo de acción: construye hueso nuevo y protege el ya existente.

El estudio: cómo se investigó la relación entre osteoporosis y artrosis

Para evaluar si este medicamento también podía tener un impacto sobre la artrosis, los investigadores diseñaron un estudio observacional con datos de la vida real. Se analizaron más de 22.000 pacientes con osteoporosis en Japón, todos sin diagnóstico previo de artrosis.

  • 8.504 pacientes recibieron romosozumab (210 mg una vez al mes).
  • 13.641 pacientes recibieron teriparatida, un tratamiento alternativo para osteoporosis.
  • La población estudiada estaba compuesta en su mayoría por mujeres (86,6 %), con una edad media de 79,9 años.
  • El seguimiento promedio fue de alrededor de 7 meses (233 días en el grupo de romosozumab y 209 días en el de teriparatida).

El objetivo principal fue detectar si aparecía un nuevo diagnóstico de artrosis en cualquiera de las articulaciones principales: rodilla, cadera o manos.

Resultados principales: un 21 % menos de riesgo de artrosis

Los hallazgos fueron consistentes y alentadores. Quienes recibieron romosozumab presentaron:

  • 21 % menos riesgo de desarrollar artrosis en general frente a los que recibieron teriparatida.
  • Una reducción más marcada en el riesgo de artrosis de rodilla (21 % menos).
  • En el caso de la artrosis de cadera y mano, no se observaron diferencias estadísticamente significativas, aunque las tendencias también favorecieron al romosozumab.
  • Al comparar con bisfosfonatos orales (tratamiento muy usado en osteoporosis), en un seguimiento de 2 años, el romosozumab redujo aún más el riesgo de artrosis, con un beneficio absoluto del 2,6 %.

En términos prácticos, estos resultados sugieren que el romosozumab no solo fortalece los huesos y reduce fracturas, sino que también podría actuar como un protector articular, retrasando o previniendo la aparición de artrosis.

¿Por qué es importante este hallazgo?

La artrosis es una de las principales causas de dolor crónico y discapacidad en el mundo. Se calcula que más de 500 millones de personas la padecen, siendo la rodilla la articulación más afectada. Al no existir actualmente un tratamiento que prevenga de manera eficaz su aparición, cualquier avance en este campo es de gran relevancia.

La relación entre osteoporosis y artrosis siempre ha sido compleja: mientras la primera implica pérdida de masa ósea y fragilidad, la segunda conlleva un desgaste progresivo del cartílago articular. Este estudio sugiere que, al mejorar la salud del hueso subyacente, el romosozumab podría también brindar soporte al cartílago y retrasar el inicio de la artrosis.

Limitaciones del estudio

A pesar de los resultados prometedores, es importante reconocer algunas limitaciones:

  1. Tiempo de seguimiento relativamente corto (menos de un año en la comparación principal). La artrosis suele desarrollarse a lo largo de varios años, por lo que se necesitan estudios más largos para confirmar este efecto protector.
  2. Duración limitada del tratamiento: el romosozumab está aprobado solo por 12 meses de uso continuo. No está claro si sus beneficios en prevención de artrosis se mantienen después de suspenderlo.
  3. Datos administrativos: los investigadores usaron bases de datos de seguros de salud, sin acceso a información clínica detallada como radiografías, resonancias o biomarcadores óseos.
  4. Factores individuales: las preferencias de médicos y pacientes en la elección del tratamiento pueden haber influido en los resultados.

Conclusiones para pacientes y médicos

Este estudio abre un camino de esperanza: un solo tratamiento podría abordar dos problemas de salud ósea frecuentes en la población mayor: la osteoporosis y la artrosis. Para los pacientes, esto se traduce en la posibilidad de recibir un medicamento que no solo prevenga fracturas, sino que también reduzca el dolor y la discapacidad asociada a la artrosis.

Para los médicos, implica considerar el romosozumab como una opción terapéutica de doble beneficio, especialmente en pacientes con alto riesgo de fracturas que también pueden desarrollar artrosis en rodillas o caderas.

Aunque aún faltan ensayos clínicos a largo plazo que confirmen estos hallazgos, la investigación marca un paso importante en la búsqueda de tratamientos más completos y efectivos para las enfermedades del hueso y la articulación.

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