Lorena Rodríguez se convirtió en una de las primeras pacientes del mundo en someterse a una cirugía pionera para tratar la depresión mediante estimulación cerebral profunda, realizada en Bucaramanga, Colombia.
Una cirugía pionera realizada en el Hospital Internacional de Colombia, en Bucaramanga, abrió una nueva esperanza para quienes sufren depresión resistente. Lorena Rodríguez, una colombiana de 34 años, fue sometida a un procedimiento que consistió en la implantación de un chip en su cerebro para tratar trastornos graves de ansiedad y depresión.
Desde la adolescencia, Lorena Rodríguez fue diagnosticada con un trastorno mixto de ansiedad y depresión. A pesar de sus logros personales y profesionales, la enfermedad le exigía un esfuerzo constante. “Era como correr una maratón con una pierna rota”, describió.
Cirugía de alta precisión con la paciente despierta
La operación, a cargo del neurocirujano William Omar Contreras, consistió en la instalación de cuatro electrodos, dos en cada hemisferio del cerebro, en zonas relacionadas con la regulación del ánimo y las emociones. El procedimiento, que se realizó mientras la paciente permanecía consciente, buscó identificar en tiempo real los circuitos neuronales responsables de las emociones.
“Es como volver a iluminar barrios del cerebro que se habían quedado sin luz”, explicó el doctor Contreras. Gracias a imágenes cerebrales personalizadas, se logró localizar con precisión los puntos adecuados para la estimulación.
Los efectos positivos no se hicieron esperar Lorena notó mejoras desde las primeras semanas. Aunque admite que aún hay días difíciles, ha experimentado momentos en los que se siente completamente bien. Incluso, ha notado cambios en su alimentación y una reducción del “hambre emocional”.
“Después de una búsqueda enorme encontré al doctor William y me propuso estimular mi cerebro con cuatro electrodos donde están las emociones. He visto cambios espectaculares, a veces siento que no tengo absolutamente nada”, afirmó Lorena.
No es una cura, pero sí un nuevo comienzo
La estimulación cerebral profunda no representa una cura definitiva. Los expertos insisten en que esta técnica debe complementarse con medicación y acompañamiento psicológico. La tasa de éxito se estima en un 50% de mejoría, lo que puede traducirse en menos días de recaídas y mejor calidad de vida.
Este tipo de intervención, que ya se usa en enfermedades como el Parkinson, apenas empieza a utilizarse en Latinoamérica para casos graves de depresión. Sin embargo, su realización en Colombia marca un avance en el acceso a tratamientos neurológicos avanzados en la región.
“La depresión me estaba consumiendo. No es de voluntad, es como un cáncer, son enfermedades invisibles que han sido subestimadas”, dice Lorena Rodríguez, quien hoy enfrenta su recuperación con esperanza, consciente de que este chip podría devolverle la estabilidad emocional que llevaba años buscando.
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