La indocianina verde (ICG) ha revolucionado el campo de la cirugía en las últimas dos décadas, extendiendo su uso más allá de la oftalmología, donde fue utilizada inicialmente para visualizar la perfusión tisular de la retina.
Hoy en día, esta herramienta se ha convertido en un elemento esencial en diversas especialidades quirúrgicas, incluyendo la cirugía general, ortopédica y neurocirugía, gracias a su capacidad para evaluar la irrigación sanguínea y oxigenación de los tejidos en tiempo real.
¿Qué es la indocianina verde y cómo funciona?
El Dr. Juan Carlos Reyes, coloproctólogo, explica que la indocianina verde se utiliza para visualizar la irrigación de sangre y oxígeno. Desde su introducción en oftalmología en la década de 1950, el ICG ha ampliado su uso a otras especialidades. Actualmente, su aplicación principal está en cirugía, donde es clave para evaluar la viabilidad de los tejidos, planificar resecciones seguras y evitar complicaciones postoperatorias como fugas, anastomosis.
La indocianina verde, al ser estimulada por ciertas longitudes de onda de luz, emite una luminosidad que permite a los cirujanos visualizar estructuras internas de manera precisa. Su rápida difusión a través de los vasos sanguíneos y su metabolismo hepático hacen que su uso sea especialmente efectivo para evaluar la perfusión tisular. Esto es crucial en procedimientos quirúrgicos donde la viabilidad de los tejidos es determinante para el éxito de la intervención.
“Esta herramienta no solo nos permite tener una visualización clara durante la cirugía, sino que también reduce significativamente las tasas de complicaciones postoperatorias, como las fugas anastomóticas”, agrega el especialista.
Los estudios han demostrado que el uso de indocianina verde puede disminuir la tasa de fugas en las anastomosis, un problema crítico en cirugía, que puede llevar a severas complicaciones en pacientes, especialmente en aquellos de edad avanzada que tienen un deterioro funcional. Con una tasa de complicaciones que puede llegar hasta el 10% en algunos procedimientos, la implementación de ICG se presenta como una estrategia eficaz para mejorar los resultados y optimizar la recuperación del paciente.
El Dr. Reyes menciona un ejemplo destacado: el uso de esta herramienta durante una proctosigmoidectomía en un paciente con adenocarcinoma. Al inyectar la ICG en el uréter, los cirujanos pudieron identificar áreas con perfusión adecuada, garantizando una resección segura y minimizando riesgos.
Además de sus aplicaciones en cirugía oncológica, la indocianina verde ha encontrado su lugar en la ortopedia y cirugía vascular. En casos de amputaciones, permite a los cirujanos determinar qué tejidos son viables y cuáles no, ayudando a prevenir amputaciones adicionales. “La ICG es una herramienta valiosa en la toma de decisiones, especialmente en casos donde la perfusión es dudosa”, explica el Dr. Reyes en su conferencia.
Mediante técnicas que combinan la indocianina verde y ultrasonido, los cirujanos pueden monitorear la perfusión en tiempo real, asegurando que los colgajos utilizados para la reconstrucción sean adecuadamente irrigados.
La ICG ofrece un enfoque integral para mejorar la calidad de la atención. Su costo relativamente bajo frente al gasto asociado con complicaciones postoperatorias la convierte en una solución costoefectiva, especialmente en contextos de salud pública.
El Dr. Reyes señala que el uso de indocianina verde se destaca cómo una de las innovaciones tecnológicas que están transformando la práctica quirúrgica. Al permitir procedimientos más precisos y seguros, esta herramienta no solo mejora los resultados clínicos, sino que también optimiza la recuperación de los pacientes, alineándose con los protocolos de recuperación rápida que dominan la cirugía moderna.
Con su creciente adopción en diversas especialidades, la indocianina verde representa un avance significativo en la búsqueda de mejores prácticas quirúrgicas y sanitarias de atención de calidad.
