El neumococo, una bacteria estreptocócica que se disemina principalmente a través del contacto con personas infectadas, representa una amenaza significativa para la salud pública, especialmente en poblaciones vulnerables.
Esta bacteria es responsable de una variedad de infecciones, que van desde enfermedades leves, como la otitis media y la sinusitis, hasta condiciones graves y potencialmente mortales como la neumonía, la sepsis y la meningitis.
El diagnóstico de las infecciones neumocócicas depende del sitio de la infección. Se puede realizar a través de exámenes físicos, pruebas de laboratorio y exámenes de imagen, entre otros. El tratamiento principal para las infecciones por neumococo es el uso de antibióticos. Sin embargo, la creciente resistencia a estos medicamentos subraya la importancia de la prevención.
Cualquier persona puede contraer la enfermedad neumocócica, pero existen ciertos grupos que están en mayor riesgo. Estos incluyen a los niños menores de 2 años, los adultos mayores de 65 años, y personas con enfermedades crónicas como VIH/SIDA, diabetes, y aquellas que afectan el corazón, los pulmones, los riñones o el hígado. Estas condiciones pueden agravar las infecciones, aumentando el riesgo de complicaciones e incluso la muerte.
En los países de bajos y medianos ingresos, las infecciones respiratorias agudas, como las neumonías adquiridas en la comunidad (NAC), son la principal causa de hospitalización y muerte en niños menores de 5 años. El neumococo es el segundo agente causante de estas neumonías que requieren hospitalización, después del virus sincicial respiratorio (VSR). A nivel global, más del 95% de los episodios de neumonía clínica y más del 99% de las muertes por neumonía en niños menores de 5 años ocurren en estas regiones.
Desde la introducción de la vacuna neumocócica conjugada (PCV) en el año 2000, la incidencia de enfermedades neumocócicas invasivas ha disminuido significativamente en muchos países.
En la Región de las Américas, 37 países y territorios ya han incorporado alguna de las dos vacunas neumocócicas en sus programas de inmunización regulares para diciembre de 2019. Esta intervención ha sido crucial para reducir la carga de la enfermedad, especialmente en poblaciones infantiles, donde la neumonía representa el 81% de las muertes relacionadas con infecciones neumocócicas.
Las infecciones por neumococo siguen siendo una preocupación de salud global, con un impacto desproporcionado en los países de bajos y medianos ingresos. La vacunación, junto con la identificación y el tratamiento adecuados, es esencial para mitigar los efectos devastadores de esta bacteria en las poblaciones más vulnerables.