Hace casi seis años, Alexis Hernández sufrió un accidente que resultó en quemaduras en aproximadamente el 71% de su cuerpo. Desde entonces, he estado en un largo proceso de rehabilitación y recuperación.
La paciencia ha sido clave en su recuperación, ya que el progreso se ve día a día. Pasar de casi perder la vida a tener la oportunidad de vivir nuevamente y cumplir sus sueños, “me llena de satisfacción”, asegura Alexis.
El proceso de recuperación de quemaduras es largo y complicado, especialmente cuando las quemaduras son profundas y comprometen huesos, músculos y arterias. Las cicatrices en áreas como las articulaciones pueden limitar la funcionalidad y la independencia de una persona, y es necesario trabajar en muchos aspectos, incluyendo el mental.
Los retos son numerosos. “El dolor es algo que uno debe superar constantemente para evitar complicaciones”, menciona Alexis. Además, el aspecto físico y la autoestima son factores importantes. Las cicatrices pueden afectar la identidad de la persona y, por supuesto, adaptarse a una nueva imagen, requiere tiempo, terapia psicológica y una mentalidad abierta.
Alexis también expresa que a lo largo del tiempo ha recibido tratamientos que han mejorado sus cicatrices y articulaciones, lo que le ha generado esperanza para seguir cumpliendo sus metas y aspiraciones.
“Quiero hacer un llamado especial a los padres para que tomen precauciones con sus hijos”, afirma Alexis. Las quemaduras profundas pueden tener un impacto significativo en la vida de los niños. Es crucial supervisarlos, ser cuidadosos y, especialmente en estas épocas, evitar el uso de pirotecnia.
Las consecuencias de las quemaduras son serias y pueden durar toda la vida. Es importante tomar medidas para prevenir tragedias, proteger la integridad de la gente que nos rodea y así vivir tranquilamente en comunidad.