Anticoagulantes como un tratamiento que salva vidas pero exige seguimiento médico riguroso

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Dra. Karen Rodríguez Maldonado, cardióloga.

En el marco de la celebración del 75 aniversario de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología, la cardióloga Karen Rodríguez Maldonado ofreció una conversación sobre el uso responsable de los anticoagulantes, un tratamiento fundamental para muchas condiciones del corazón, pero que, si no se maneja correctamente, puede tener consecuencias graves.

“Estamos muy contentos aquí celebrando los 75 años de la Sociedad, que siempre se ha caracterizado por educar a los médicos de nuestra isla en cómo manejar a sus pacientes con enfermedad cardiovascular”, comentó la doctora Rodríguez, destacando también el papel creciente de las mujeres en la cardiología. “Ya era tiempo, en 75 años, que las mujeres pudiéramos tener ese lugar en la sociedad”, dijo con orgullo.

La especialista explicó que los anticoagulantes son medicamentos que ayudan a prevenir la formación de coágulos dentro del corazón, especialmente en pacientes con arritmias como la fibrilación auricular. “Es importante recalcar al paciente que estas medicinas se toman según se prescribe”, enfatizó. “Si va a detenerlas por algún procedimiento, debe consultarlo primero con su cardiólogo”.

Rodríguez Maldonado advirtió sobre los peligros de interrumpir este tratamiento sin supervisión médica: “El detener estas medicinas le podría provocar un infarto agudo en el cerebro. El coágulo que se forma puede ser del tamaño de un dedo pulgar, y si sube a la cabeza, puede ocasionar parálisis, pérdida del habla o hasta la muerte”.

Respecto a los distintos tipos de anticoagulantes, explicó que la elección depende del estado del paciente. Si está en su hogar, lo más común es la vía oral, mientras que los pacientes hospitalizados pueden requerir opciones subcutáneas o intravenosas.

Sobre las interacciones con alimentos o medicamentos, la doctora explicó que los tratamientos más antiguos, como la warfarina (cumadina), requieren una dieta balanceada para evitar alteraciones en su efecto. En cambio, los anticoagulantes más modernos (conocidos como “noveles”), como el apixabán o el dabigatrán, no presentan ese tipo de restricciones.

Uno de los mensajes más importantes para los pacientes y sus cuidadores fue sobre cómo manejar los sangrados leves. “A veces los pacientes se asustan por un sangrado en las encías y detienen la medicina, pero ese sangrado no los va a matar. Un trombo sí puede cambiar su vida o terminar con ella”, advirtió.

Por ello, reiteró que cualquier duda debe ser consultada con el cardiólogo, especialmente antes de procedimientos quirúrgicos. “Podemos recomendar, pero siempre el paciente es quien toma la decisión. Lo importante es que tenga la información necesaria para decidir lo que más le conviene”, afirmó.

Así, la doctora Rodríguez subrayó el papel activo que deben tener los pacientes en su cuidado: “No siempre los profesionales de la salud se comunican entre sí, así que el paciente debe ser quien vele por la continuidad de su tratamiento”.

Este aniversario no solo celebra décadas de avances en cardiología en Puerto Rico, sino también el compromiso renovado con la educación, el empoderamiento del paciente y la equidad de género en la medicina.

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