Avances terapéuticos amplían las opciones para pacientes con artritis psoriásica

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Dra. Ariana González, reumatóloga. Foto Hospital Damas.

La artritis psoriásica, una enfermedad autoinmune crónica que afecta tanto a la piel como a las articulaciones, continúa representando un reto para pacientes y especialistas. La doctora Ariana González, reumatóloga, destacó que el diagnóstico temprano y el acceso oportuno a tratamiento son esenciales para mejorar la calidad de vida de quienes viven con esta condición.

“Los pacientes que viven con artritis psoriásica pueden enfrentarse a varios riesgos. Por ejemplo, el acceso de manera rápida a evaluación por un reumatólogo. Sabemos que mientras más rápido se diagnostiquen las condiciones autoinmunes, menor morbilidad y mortalidad a largo plazo van a tener estos pacientes”, explicó la especialista. 

Entre los principales desafíos también se encuentran el aumento en comorbilidades como el síndrome metabólico, la ansiedad y la depresión, además del impacto en la vida laboral y personal debido a la fatiga, el dolor y la rigidez articular.

Manejo conjunto de piel y articulaciones

La especialista recalcó la importancia de atender de manera integral las manifestaciones cutáneas y articulares. “Es importante manejar ambos procesos a la misma vez, porque los dos son procesos autoinmunes inflamatorios. 

Controlar la piel no necesariamente resuelve las manifestaciones articulares y viceversa”, señaló. “Si no controlamos ambas, el paciente seguirá enfrentando dolor, rigidez y también el estigma social asociado a las lesiones en la piel”.

Nuevas terapias y mayor personalización

En los últimos años, los avances terapéuticos han transformado el panorama para estos pacientes. La Dra. González resaltó el papel de los medicamentos dirigidos a la interleucina 23 (IL-23), los cuales ofrecen mayor selectividad y eficacia sostenida.

“Estos medicamentos bloquean de manera más específica una de las citoquinas asociadas a la enfermedad. Se ha demostrado que permiten respuestas sostenidas tanto en piel como en articulaciones, con intervalos de aplicación más largos, incluso hasta cada tres meses, lo que favorece la adherencia y comodidad del paciente”, explicó.

La adherencia al tratamiento, destacó la doctora, está ligada no solo a la eficacia del medicamento, sino también a factores como la relación médico-paciente, el apoyo familiar, la accesibilidad a especialistas y el costo de las terapias. “Sabemos que muchos de estos medicamentos son costosos, pero existen programas de ayuda que pueden facilitar su acceso”, comentó. 

Mirando al futuro, la reumatóloga visualiza un manejo cada vez más personalizado:

“Se prevé que la medicina de precisión, con el uso de biomarcadores, será clave en el tratamiento de la artritis psoriásica. Esto permitirá predecir qué terapia va a ser más efectiva para cada paciente, considerando su genética y factores ambientales. Todos respondemos diferente, y el futuro está en terapias aún más selectivas”, aseguró. 

La doctora González hizo un llamado a la población a no ignorar síntomas como rigidez matutina, dolor o antecedentes familiares de psoriasis. “Si están experimentando estos signos hablen con su médico primario, para que puedan ser evaluados y referidos de manera temprana a un especialista. El diagnóstico y tratamiento temprano ya han demostrado que ayudan a evitar complicaciones y a mejorar la calidad de vida”, concluyó.

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