Alarma en EE. UU. por aumento de muertes por caídas accidentales en adultos mayores

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Las caídas no solo generan un alto costo emocional y económico, sino que suelen marcar el inicio de una pérdida progresiva de autonomía para muchas personas mayores.

Las caídas accidentales se han convertido en una amenaza cada vez más grande para los adultos mayores en Estados Unidos. Así lo advierten los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que recientemente publicaron un informe revelando un preocupante incremento en las tasas de mortalidad por esta causa en personas de 65 años o más durante las últimas dos décadas.

Según los datos del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales, las muertes por caídas han alcanzado una tasa de 70 por cada 100.000 adultos mayores en 2023, consolidándose como la principal causa de lesiones fatales en este grupo etario. El riesgo se acentúa con el paso de los años: los adultos de 85 años o más presentan las tasas más elevadas y el mayor incremento proporcional en los últimos 20 años.

Hombres y mujeres mayores: un aumento que no discrimina

El informe señala que los hombres mayores de 85 años duplicaron su tasa de mortalidad por caídas, pasando de 178 a 373 muertes por cada 100.000 personas entre 2003 y 2023. Las mujeres, por su parte, experimentaron un aumento aún más pronunciado, con un crecimiento del 250 %, de 129 a 320 muertes por cada 100.000 en el mismo periodo.

Además, los adultos blancos no hispanos presentaron las tasas más altas de muertes por caídas accidentales, superando a otros grupos raciales y étnicos. Si bien el informe no detalla las causas detrás de esta disparidad, factores como el acceso a servicios médicos, diferencias en la salud ósea, o patrones de vivienda podrían influir.

Envejecimiento poblacional y prevención urgente

Las caídas no solo generan un alto costo emocional y económico, sino que suelen marcar el inicio de una pérdida progresiva de autonomía para muchas personas mayores. Muchas de estas muertes son prevenibles si se adoptan medidas como:

  • Evaluaciones periódicas del equilibrio y la movilidad.
  • Revisión de medicamentos que puedan afectar la estabilidad.
  • Programas de ejercicio para fortalecer músculos y mejorar la coordinación.
  • Adaptaciones en el hogar, como eliminar alfombras sueltas, mejorar la iluminación y colocar barras de apoyo en baños y escaleras.

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