En agosto de 2017, Nora sufrió fuertes dolores en el lado izquierdo del abdomen, lo que la llevó a buscar atención médica. Al principio, los médicos concluyeron que se trataba de gastroenteritis, una inflamación del estómago y los intestinos.
Sin embargo, a pesar de este diagnóstico, el dolor continuó, lo que provocó una serie de complicaciones posteriores. “Los episodios de dolor eran tan intensos que me impedían moverme o alimentarme adecuadamente”, recuerda Nora.
Un diagnóstico tardío de cáncer de colon
Nora se presentó en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), donde recibió un tratamiento provisional que se pensó era para una gastroenteritis. Sin embargo, después de varios meses de malestar, sus síntomas se intensificaron. Durante una consulta de seguimiento relacionada con su tratamiento de reconstrucción mamaria en el Hospital General de México, su estado se deterioró y fue llevada a urgencias.
En ese hospital, un examen más exhaustivo reveló la presencia de un tumor en el colon. La tomografía confirmó su peor temor: cáncer de colon. “Cuando me dieron la noticia, sentí un gran miedo. Sabía que algo no estaba bien, pero nunca pensé que tendría que enfrentar un segundo cáncer. A pesar de todo, decidí actuar con rapidez. Me programaron para una cirugía de emergencia, pero opté por darme de alta voluntaria y trasladarme al INCan”, comenta la paciente.
Nora ingresó el 8 de febrero de 2018 y fue operada el 16 de marzo para tratar el tumor, aunque la obstrucción en su colon era crítica: el pasaje para que los alimentos avanzaran era tan pequeño como la cabeza de un alfiler.
“Durante el proceso preoperatorio, me prohibieron ingerir alimentos sólidos; mi dieta se limitó a líquidos y gelatina para evitar complicaciones mayores”, explica.
Una mirada hacia el futuro
Nora mira hacia el futuro con esperanza, encontrándose actualmente en remisión. Con la expectativa de recibir el alta definitiva en mayo, ella enfatiza la importancia crucial de la prevención y la detección temprana, especialmente para aquellos con antecedentes familiares de cáncer de colon.
“Es fundamental exigir revisiones médicas adecuadas, como una colonoscopia. Perder tiempo es lo peor en estas enfermedades, porque el cáncer no espera, sigue avanzando”, afirma. Además, hace un llamado urgente para mejorar el acceso a tratamientos y la atención a pacientes oncológicos, denunciando la actual escasez en los hospitales.
La Dra. Herrera respalda este mensaje, destacando que la prevención del cáncer colorrectal requiere un cambio en los hábitos de vida y el fortalecimiento de los programas de detección temprana.