El cáncer de mama es la forma de cáncer más común en mujeres y una de las principales causas de muerte oncológica en el mundo. En particular, el cáncer de mama triple negativo metastásico es una de las variantes más agresivas, ya que carece de receptores hormonales que permitan un tratamiento dirigido. Debido a esto, la quimioterapia sigue siendo la opción principal, con efectos secundarios significativos y una eficacia limitada. Ahora, un equipo de investigadores ha desarrollado un nuevo compuesto químico, denominado MACTIDE-V, que podría cambiar el panorama del tratamiento al reducir sustancialmente la metástasis y reprogramar el sistema inmunológico para combatir el tumor.
El papel de los macrófagos en la expansión del cáncer
El sistema inmunológico está diseñado para protegernos de enfermedades, incluyendo el cáncer. Los macrófagos son un tipo de células inmunitarias encargadas de eliminar patógenos y de promover la cicatrización. Sin embargo, los tumores tienen la capacidad de alterar la función de estos macrófagos, transformándolos en células que en lugar de combatir el cáncer, lo favorecen. Esto ocurre porque los tumores emiten señales químicas que modifican el comportamiento de los macrófagos, llevándolos a generar vasos sanguíneos que nutren el tumor y a suprimir la acción de linfocitos T, las células que deberían atacar las células cancerosas.
MACTIDE-V: Reprogramando el sistema inmunitario para combatir el tumor
Investigadores de diversas instituciones, incluyendo el Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC-CSIC), han desarrollado MACTIDE-V con el objetivo de revertir esta situación. Este compuesto tiene la capacidad de reprogramar los macrófagos alterados por el tumor y devolverles su función original, logrando que vuelvan a atacar el cáncer en lugar de favorecerlo.
El fármaco fue probado en modelos animales, utilizando ratones con cáncer de mama triple negativo metastásico. Los resultados fueron alentadores: MACTIDE-V aumentó la presencia de macrófagos antitumorales y logró reducir significativamente el tamaño del tumor, e incluso, en algunos casos, eliminó casi por completo la metástasis.
El desarrollo del fármaco
Para diseñar MACTIDE-V, los investigadores partieron de una molécula llamada MACTIDE, la cual se une específicamente a un receptor presente en los macrófagos denominado CD206. Luego, esta estructura fue combinada con Verteporfina, un fármaco utilizado en oftalmología, lo que permitió potenciar su acción inmunológica. La combinación de ambas estructuras dio origen a MACTIDE-V, un compuesto capaz de modificar el comportamiento de los macrófagos con gran precisión y sin acumularse en órganos como el hígado, lo que sugiere un buen perfil de seguridad.
Potencial para la medicina personalizada
Los investigadores también probaron la combinación de MACTIDE-V con inmunoterapias ya utilizadas en oncología, como Nivolumab o Pembrolizumab. Si bien estas combinaciones mostraron cierto beneficio, los resultados indicaron que el uso exclusivo de MACTIDE-V tenía una mayor eficacia en la reducción del tumor y la metástasis en comparación con la inmunoterapia sola o la combinación de ambos tratamientos.
Un hallazgo clave de esta investigación es que el compuesto se administró por vía intravenosa y dirigió su acción directamente hacia los macrófagos tumorales sin afectar otros tejidos. Esto abre la posibilidad de desarrollar una versión oral en el futuro, lo que podría facilitar su administración en pacientes.
Perspectivas a futuro
El equipo de investigadores ya ha presentado una solicitud de patente para el diseño de este nuevo péptido y su combinación con el fármaco, y planea continuar los estudios en otros tipos de cáncer para evaluar su eficacia y posibles aplicaciones médicas. La posibilidad de utilizar MACTIDE-V como una terapia dirigida que modifique la respuesta inmunitaria representa un avance significativo en la lucha contra el cáncer de mama y podría cambiar el enfoque actual del tratamiento de esta enfermedad.
La investigación, publicada en la revista Advanced Science, refuerza la importancia de la inmunoterapia en la oncología moderna y abre nuevas puertas para el desarrollo de estrategias terapéuticas personalizadas, con menores efectos secundarios y una mayor efectividad en la lucha contra el cáncer de mama metastásico.