La Dra. Nerián Ortiz, pediatra con amplia experiencia en el cuidado infantil, nos habló sobre el manejo de alergias alimentarias y la sensibilidad a la lactosa y a la proteína de la leche. En su intervención, la especialista explicó las diferencias cruciales entre alergias e intolerancias alimentarias, un tema que genera confusión entre muchos padres.
«En los infantes, los síntomas de una alergia a la leche pueden ser poco específicos. Un bebé puede desarrollar erupciones en la piel, volverse irritable, llorar constantemente, experimentar vómitos, cambios en el patrón de las evacuaciones o incluso tener un abdomen distendido», comentó la Dra. Ortiz.
Además, la pediatra destacó la importancia de distinguir entre una alergia a la proteína de la leche y la intolerancia a la lactosa, ya que, aunque ambos son problemas digestivos, su origen y tratamiento son muy diferentes.
La Dra. Ortiz explicó que la intolerancia a la lactosa, ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente lactasa para digerir la lactosa, es más común en etapas posteriores de la infancia, y no suele diagnosticarse en bebés. «En los bebés, lo que normalmente observamos es una alergia a la proteína de la leche, mediada por el sistema inmunológico», aclaró.
Uno de los puntos clave, añadió, es el tiempo de aparición de los síntomas. Los síntomas de alergia a la leche pueden aparecer entre 30 minutos a una hora después de la ingesta, lo que permite a los pediatras identificar posibles problemas a través de un historial detallado de alimentación y síntomas.
La Dra. Ortiz también hizo hincapié en la importancia de la leche materna como la opción más recomendada para la alimentación del bebé, ya que contiene todos los nutrientes esenciales para su crecimiento y desarrollo. Sin embargo, reconoció que en algunos casos, los padres recurren a fórmulas maternizadas, lo que puede implicar riesgos de alergias a la proteína de la leche.
«El historial médico es esencial para diagnosticar alergias alimentarias. Si se sospecha que un bebé tiene alergia a la proteína de la leche, el primer paso es hacer un cambio en su dieta, ofreciendo fórmulas hidrolizadas, que son más fáciles de digerir», explicó.
Además, la Dra. Ortiz subrayó que las alergias alimentarias no son permanentes. Muchas veces, los niños superan la alergia a la proteína de la leche con el tiempo, lo que no sucede con otros alérgenos como el maní, que en muchos casos persisten durante toda la vida.
Por último, recordó que, aunque las pautas han cambiado en los últimos años respecto a la introducción de ciertos alimentos, como el maní, en la dieta de los niños, lo más importante es consultar siempre con un pediatra para tomar decisiones informadas sobre la alimentación del bebé.