Estados Unidos presenta una reducción significativa de casos de sífilis en el 2023, con una caída del 10% en los casos más infecciosos, marcando la primera disminución importante en más de dos décadas.
Por otro lado, los casos de gonorrea también experimentaron un descenso del 7%, consolidando dos años consecutivos de reducción y quedando por debajo de los niveles prepandémicos. Asimismo, la clamidia se mantuvo por debajo de las cifras reportadas antes de la pandemia de COVID-19, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
En total, se diagnosticaron y notificaron más de 2,4 millones de casos de sífilis, gonorrea y clamidia, siendo la clamidia la más prevalente con 1,6 millones de casos, seguida de 600.000 de gonorrea y más de 209.000 de sífilis.
Reducción a la epidemia de sífilis
Aunque los casos de sífilis en etapas iniciales disminuyeron, especialmente entre hombres homosexuales y bisexuales, con una caída del 13%, los casos en etapas avanzadas o de origen desconocido crecieron un 12%. Además, los casos de sífilis congénita, transmitida de madres infectadas a sus hijos, también aumentaron, registrándose casi 4.000 casos, incluidos 279 defunciones y muertes infantiles.
El Dr. Jeffrey Klausner, profesor de medicina en la Universidad del Sur de California, manifestó que: “El aumento en la sífilis congénita refleja que no se están realizando suficientes pruebas a las mujeres embarazadas”.
Uso frecuente de píldoras para las ETS
Entre las razones que explican la mejoría en algunas tendencias, se destaca el creciente uso de doxiciclina como «píldora del día después». Este antibiótico, administrado dentro de las 72 horas posteriores a una relación sexual sin protección, ha demostrado reducir significativamente el riesgo de sífilis, gonorrea y clamidia.
Recordemos que en junio, los CDC recomendaron su uso para hombres homosexuales, bisexuales y mujeres transgénero recientemente diagnosticados con alguna ETS, aunque algunas organizaciones ya lo ofrecían previamente.
Sumado a esto, el brote de Mpox en 2022 pudo haber incentivado a las personas a adoptar prácticas sexuales más seguras o a realizarse pruebas ante síntomas sospechosos.
La expansión de la fuerza laboral de salud pública ha sido clave. Gracias a una asignación del Congreso de 1.200 millones de dólares para la prevención de ETS, los estados y territorios han fortalecido actividades como pruebas, rastreo de contactos y conexión de personas con tratamientos adecuados.
Las políticas enfocadas en la salud pública podrían fortalecer la lucha contra las TES. Por ejemplo, la campaña lanzada en 2019 para reducir drásticamente las nuevas infecciones por VIH a menos de 3.000 al año también podría beneficiar la prevención de otras infecciones de transmisión sexual.
“Cuando el gobierno invierte en recursos y financiación, vemos una disminución en las enfermedades de transmisión sexual”, afirmó Klausner.
En un panorama que había estado marcado por el aumento alarmante de las ETS, los últimos datos ofrecen un rayo de esperanza y destacan la importancia de mantener y reforzar los esfuerzos en prevención, educación y tratamiento.