La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, según el cardiólogo Dr. Antonio Orraca Gotay. En una reciente entrevista con PHL, el especialista explicó cómo la inflamación crónica asociada a la obesidad afecta al sistema cardiovascular, y destacó la importancia de adoptar hábitos saludables como la alimentación balanceada y el ejercicio regular.
“Cuando hablamos de obesidad, hablamos de una condición inflamatoria que afecta a todo el cuerpo, incluidas las arterias. Esta inflamación no es algo que sentimos de inmediato, pero sus efectos pueden ser devastadores si no se controla”, indicó el Dr. Orraca Gotay.
Según el experto, la obesidad puede desencadenar una serie de problemas como hipertensión, diabetes, colesterol elevado y resistencia a la insulina, que a su vez aumentan el riesgo de sufrir infartos, derrames cerebrales y otras complicaciones cardiovasculares.
El especialista enfatizó que el daño cardiovascular muchas veces pasa desapercibido hasta que los síntomas se vuelven evidentes y se convierten en síntomas graves como la falta de aire, fatiga o dolor en el pecho, que en muchas ocasiones llevan a desenlaces posiblemente fatales.
“Así que la obesidad da paso directa e indirectamente a toda esta gama de factores no favorables que eventualmente a corto y a largo plazo van dando paso a enfermedad cardiovascular o enfermedad de las arterias de nuestro cuerpo y de esta forma en sí aumenta el riesgo de uno poder tener un infarto del corazón, terminar quizás con amputaciones de las extremidades, un derrame cerebral, entre otras condiciones, complicaciones cardiovasculares”, explicó.
Además, el Dr. Orraca Gotay destacó el papel crucial que juegan la alimentación y el ejercicio en la reducción de la inflamación crónica. “La mejor manera de reducir la inflamación en el cuerpo es a través de un estilo de vida saludable, que incluya una dieta balanceada y actividad física regular. Estos hábitos no solo ayudan a controlar el peso, sino que también protegen al corazón y reducen el riesgo de complicaciones graves”, explicó.
Aunque el daño cardiovascular causado por la inflamación crónica puede ser irreversible en algunos casos, el Dr. Orraca Gotay destacó que, mediante cambios en el estilo de vida, es posible estabilizar la enfermedad y prevenir un deterioro mayor. “Lo que buscamos es estabilizar el daño para evitar que las placas de colesterol y calcio en las arterias se inestabilicen y provoquen un infarto o un derrame cerebral”, señaló.
El cardiólogo hizo un llamado a la acción, instando a la población a perder peso y mantener un estilo de vida saludable desde el primer momento en que se diagnostique obesidad. “Hoy en día, existen tratamientos farmacológicos efectivos que pueden ayudar a las personas a perder peso de manera más rápida y, lo más importante, a reducir los riesgos para su salud cardiovascular”.
No obstante, agregó que es importante un enfoque integral que combine dieta, ejercicio y, cuando sea necesario, medicamentos, para mejorar la calidad de vida y reducir la mortalidad asociada a enfermedades cardiovasculares. “Es importante que las personas, tanto obesas como no obesas, se hagan evaluaciones médicas rutinarias para detectar posibles problemas cardiovasculares a tiempo”, recomendó el cardiólogo.