La “niña madre” más joven de la historia: el eco de un crimen considerado un hito médico

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A pesar de la gravedad del asunto, el caso de Lina no fue debidamente tratado por la justicia y se abordó como una “rareza de la naturaleza” desde la opinión pública.

En 1939, Lina Medina, una niña peruana de solo 5 años, dio a luz a un bebé, y aún se desconoce la identidad del abusador. Este caso es uno de los más sorprendentes en la historia. 

Las investigaciones sobre el padre de la niña no progresaron, y nunca se encontró un culpable. Con apenas cinco años, su pequeño cuerpo tuvo que soportar un embarazo que nunca debió ocurrir, convirtiéndose en símbolo de un hecho inimaginable y, posteriormente, inaceptable. 

La mañana del 14 de mayo de 1939, en un hospital de Lima, Perú, fue sometida a una cesárea. Probablemente no comprendía del todo lo que estaba sucediendo. El mundo entero quedó atónito ante un caso que parecía irreal, la noticia trascendió fronteras y aún plantea inquietantes interrogantes sin respuesta: ¿Quién fue el responsable de este abuso? ¿Cómo fue posible que nadie se percatara del embarazo? La justicia tampoco halló respuestas. No hubo culpables ni castigo.

Lina llegó al hospital cuando su abdomen, que crecía de manera alarmante, le causó dolores insoportables. Sus padres, creyendo que se trataba de un tumor, decidieron que era momento de consultar a un médico. Eso reveló la verdad: estaba embarazada de, aproximadamente, siete meses. 

El bebé nació sano y fue nombrado Gerardo, en honor al médico Gerardo Lozada, quien asistió en el parto y continuó cuidando de madre e hijo. El niño creció creyendo que Lina era su hermana hasta que, a los diez años, le revelaron la verdad sobre su verdadera relación. Aunque tuvo una infancia saludable, falleció a los 40 años debido a una enfermedad en la médula ósea. 

Desde el enfoque médico, el caso de Lina fue examinado por especialistas en endocrinología y pediatría, quienes determinaron que su embarazo fue posible debido a un caso extremo de pubertad precoz, un trastorno poco común en el que una niña presenta un desarrollo sexual anormalmente temprano. Este fenómeno, que afecta a menos de 1 de cada 10.000 niñas, provoca que el cuerpo desarrolle características sexuales secundarias, como el crecimiento de los senos y la menstruación, mucho antes de lo esperado. 

Los especialistas que continúan investigando el caso concluyeron que los niveles elevados de estrógeno en su organismo facilitaron que alcanzara una madurez sexual temprana, lo que, en teoría, habría hecho posible la concepción. 

El doctor Sandoval, quien pudo aportar información sobre el caso de Lina, accedió a su historia clínica durante su visita a la localidad donde la madre de Lina nació y creció para obtener el testimonio de familiares. En una entrevista con el portal Univisión, mencionó que también visitó el hospital San Juan de Dios de Pisco, cerca de Lima, donde Lina dio a luz. Revisó los análisis de sangre, orina y la placa radiológica que le realizaron, los cuales indicaron que Gerardo nació con un peso de 2,700 kg y una altura de 48 centímetros, y durante la operación se verificó que los ovarios de Lina presentaban características de una mujer adulta. 

Tras el parto, los médicos afirmaron que la pubertad precoz de Lina era «extremadamente rara» y que se trataba de un fenómeno en el que el cuerpo de una niña comienza a desarrollar características sexuales secundarias a una edad mucho más temprana de lo habitual, siendo evidente el crecimiento mamario en Lina. También explicaron que el embarazo fue biológicamente viable gracias a este desarrollo hormonal.

A pesar de la gravedad del asunto, el caso de Lina no fue debidamente tratado por la justicia y se abordó como una “rareza de la naturaleza” desde la opinión pública. Ahora, Lina tiene 91 años, vive en el anonimato y alejada en la ciudad de Lima.  

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