Un equipo de investigadores del Centro Médico Naval y Clinstile, liderado por las reumatólogas Xochitl Jiménez-Jiménez y Norma Edith Torres-Gudiño, ha publicado un caso clínico que podría abrir nuevas vías para el tratamiento de la gota severa, aquella que no responde a las terapias convencionales. Su estudio detalla el éxito del fármaco tocilizumab en un paciente mexicano con esta condición debilitante.
La gota, una forma común de artritis inflamatoria causada por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones, afecta a un porcentaje significativo de la población mundial, estimándose entre un 2% y un 15%. Los expertos han notado un aumento en su prevalencia, posiblemente ligado al incremento de la obesidad y los hábitos alimenticios poco saludables.
En la mayoría de los casos, la gota se controla con medicamentos que reducen los niveles de ácido úrico en el cuerpo. Sin embargo, existe un grupo de pacientes cuya condición se vuelve refractaria, es decir, no mejora con estos tratamientos habituales. Para estos casos difíciles, existen fármacos más novedosos aprobados en otros países, como pegloticase, canakinumab y anakinra, pero que lamentablemente no están disponibles en México.
Ante esta limitación, las doctoras Jiménez-Jiménez y Torres-Gudiño decidieron explorar una alternativa. Presentaron el caso de un hombre de 56 años con gota severa que no respondía a dosis elevadas de alopurinol, colchicina ni a otro fármaco llamado febuxostat. Su dolor articular era tan intenso que le impedía caminar.
La solución innovadora fue el uso intravenoso de tocilizumab, un medicamento que generalmente se utiliza para tratar otras enfermedades inflamatorias. Sorprendentemente, el paciente experimentó una rápida mejoría en sus articulaciones tan solo tres días después de la primera dosis.
Después de un mes, sus síntomas clínicos habían disminuido notablemente y sus análisis de laboratorio mostraban niveles de ácido úrico más saludables, así como una reducción de los marcadores de inflamación (VSG y PCR). Lo más destacable es que el paciente permaneció siete meses sin sufrir ningún ataque agudo de gota.
Las investigadoras concluyen que, si bien existen pocos casos reportados del uso de tocilizumab en gota refractaria, este fármaco podría considerarse una valiosa opción terapéutica, especialmente en países donde no se dispone de otros medicamentos más específicos para esta condición.
