El pediatra juega un papel esencial en el manejo del acné, ya que es el primer médico que ve al paciente y puede iniciar el tratamiento, sin embargo en casos más severos puede derivar a un dermatólogo. En el hogar, la Dra. Amarilys Rosado, dermatóloga, explica que es fundamental seguir una rutina básica de cuidado de la piel.
«Gracias a Dios contamos con muchos medicamentos que ayudan en el cuidado de la piel. Yo doy la receta y al lado de eso va la lista que va a su farmacia de preferencia a comprar porque tiene que ir de la mano”.
La doctora enfatiza que la limpieza facial es un paso obligatorio. «Mínimo lavarse la cara mañana y noche”, pero si el joven practica deportes o realiza actividades físicas, también debe hacerlo al terminar. Es importante usar un jabón especial para el rostro.
En los casos más severos, como el acné noduloquístico, que puede ser deformante, se utiliza una terapia más agresiva como los retinoides orales. Estos son tratamientos de primera línea para este tipo de acné.
En cuanto a la resistencia a antibióticos, la doctora afirma que se deben usar por un tiempo limitado, entre tres y cuatro meses, para evitar este problema. Además, se pueden utilizar otros productos como el peróxido de benzoilo, que es un antimicrobiano sin ser antibiótico.
La Dra. Amarilys Rosado concluye que, más allá del tratamiento, es vital el apoyo y la vigilancia de los padres. «Hay que estar encima de ellos,» dice, para asegurar que se apliquen los medicamentos y que sigan la rutina de cuidado de la piel. Cuando el joven ve que su piel mejora, esto lo estimula a continuar con el tratamiento y su bienestar emocional también mejora.