La Dra. Mariely Agosto Pérez, pediatra especializada en salud y prevención de niños y adolescentes, tomó una decisión que marcaría su vida profesional: quedarse en Puerto Rico a pesar de las múltiples oportunidades fuera de la isla. “Me motivó quedarme en Puerto Rico el querer cuidar y brindar el servicio en mi patria. Para mí fue una decisión enorme, no importaba la cantidad de opciones en el camino: mi decisión fue servir a mi país”, afirma.
Desde sus inicios como médica, específicamente en Orocovis, la doctora reconoce que su vocación siempre estuvo ligada al servicio comunitario y al acompañamiento de las familias.
La pasión por la pediatría
Lo que más la apasiona de su labor es la conexión humana que se genera en cada consulta. “Es fundamental sentir que mi vocación está conectada con mi alma. Acompañar a madres y padres en el crecimiento de sus hijos, educar y generar un ambiente positivo para las familias, eso me llena de alegría y propósito”, comparte.
Para la Dra. Agosto, ser pediatra va más allá de diagnosticar, es acompañar y educar, construyendo lazos de confianza con las familias y dejando huellas en las nuevas generaciones.
La pediatra reconoce que la medicina en Puerto Rico enfrenta grandes desafíos, desde las limitaciones impuestas por la reforma de salud hasta las dificultades económicas y sociales. “A pesar de los momentos difíciles, siempre hemos tenido el propósito de ayudar, extender el servicio y sumergirnos en las necesidades del paciente. La sonrisa de mis pacientes es mi mayor fortaleza y bendición”, asegura.
Impacto en la comunidad
El trabajo de la doctora trasciende las paredes de su consultorio. Como parte de la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría, busca sembrar una semilla de prevención y educación que se refleje en las nuevas generaciones. “El impacto es exponencial. Estamos trabajando con infantes, con familias, con comunidades. Esa semilla que colocamos hoy se convierte en una oportunidad de crecimiento y salud para muchas generaciones”.
Ante la fuga de talento médico en Puerto Rico, la Dra. Mariely Agosto envía un mensaje claro: “Que se den la oportunidad. La mayor satisfacción es aportar en nuestro país, generar grupos de apoyo, crecer en el servicio y brindar empatía. No hay satisfacción más grande que ver a nuestros pacientes bien atendidos y queridos”.
La pediatra también reconoce que para retener a más profesionales en la isla se necesitan transformaciones profundas en el sistema de salud.“Podemos mejorar la prevención y la educación, integrar la telemedicina y garantizar estabilidad económica para los médicos. Si logramos ese balance, más colegas se animarán a quedarse”, sostiene.
El valor de permanecer
Finaliza contando que, con casi tres décadas de servicio, la Dra. Mariely Agosto Pérez resume su trayectoria con gratitud, “para mí es una bendición quedarme en Puerto Rico”. Su crecimiento con los pacientes y sus familias, y ver las sonrisas de los niños es la mayor satisfacción. “Este país nos necesita, y es un privilegio servirle con amor”.
