El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ya está teniendo un efecto significativo en los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, los cuales operan con un presupuesto de 47.400 millones de dólares. La nueva administración ha implementado una serie de restricciones, que incluyen la cancelación repentina de reuniones y la suspensión de los comités que revisan subvenciones. Además, se han ordenado pausas en las comunicaciones, una congelación en la contratación de personal y una prohibición indefinida de viajes.
Estas decisiones han generado confusión e incertidumbre en la principal agencia de investigación del país, que se ha convertido en un blanco para los aliados políticos de Trump. Un alto funcionario del NIH ha señalado que «el impacto de las órdenes ejecutivas y directivas colectivas parece devastador», reflejando la preocupación por el futuro de la investigación y el funcionamiento interno de la organización.
Por ejemplo, hoy se suspendió abruptamente un taller de capacitación destinado a científicos jóvenes y se canceló un taller sobre aprendizaje adolescente justo antes de su inicio. Asimismo, las reuniones de dos consejos asesores fueron anuladas, y los paneles encargados de revisar las propuestas de subvenciones también recibieron la inesperada noticia de que no se llevarían a cabo.
“Este tipo de interrupción podría tener efectos de propagación a largo plazo”, menciona Jane Liebschutz, investigadora de adicción a opioides en la Universidad de Pittsburgh, que publicó en Bluesky sobre las secciones del estudio canceladas. “Incluso retrasos breves harán que Estados Unidos se quede atrás en la investigación”. Ante todo el panorama ella y sus colegas afirman que sienten “mucha incertidumbre, miedo y pánico”.
La suspensión de contrataciones afecta a todo el gobierno, mientras que la interrupción en las comunicaciones y los viajes parece estar restringida al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), la entidad que supervisa a los NIH. Este tipo de interrupciones no es inusual cuando una nueva administración asume el poder, pero algunos empleados de los NIH han señalado que estas acciones, que incluyen la eliminación de anuncios de empleo y la anulación de ofertas, son más drásticas que las medidas anteriores.
Glenda Conroy, directora de viajes del NIH, envió un correo electrónico a los altos funcionarios de la agencia esta mañana informando sobre una suspensión «inmediata e indefinida» de todos los viajes en HHS, con pocas excepciones, como aquellos empleados que ya están viajando y regresando a casa. Los investigadores que planeaban presentar sus trabajos en conferencias deben cancelar sus viajes, al igual que los funcionarios del NIH que promocionan programas de la agencia fuera de las instalaciones o que visitan sucursales distantes.
El memorando indica que «las futuras solicitudes de viajes por cualquier motivo no están autorizadas y no deben ser aprobadas». Esta prohibición ha dejado desconcertados a muchos investigadores, especialmente a los más jóvenes, según un científico de alto rango del NIH que prefirió permanecer en el anonimato. Hoy, se encontró con un grupo de investigadores al inicio de su carrera que planeaban asistir y presentar en una conferencia lejana la próxima semana, actividades que ahora son inviables. «La gente está confundida porque no sabe qué sucederá a continuación. Nunca he visto un nivel de confusión y preocupación tan alto en personas que están profundamente comprometidas con su misión», comentó el científico.
Por otra parte, el HHS anunció una prohibición de las comunicaciones hasta el 1 de febrero en un memorando emitido ayer. El memorando ordena detener la publicación de reglamentos, documentos de orientación, anuncios de subvenciones, publicaciones en redes sociales, comunicados de prensa y otras «comunicaciones», así como la cancelación de compromisos en conferencias. Cualquier excepción deberá ser solicitada y aprobada por los designados por el presidente.
Una de las repercusiones de la reciente interrupción en las comunicaciones es la suspensión de las reuniones de los comités asesores federales y grupos de estudio. En este contexto, el Instituto Nacional de Salud (NIH) anunció la cancelación de las reuniones de los consejos asesores de sus institutos de odontología y bioingeniería, lo que tiene implicaciones significativas para la investigación en estas áreas.
Estas reuniones del consejo son cruciales, ya que incluyen una sesión privada donde se revisan las propuestas de subvenciones de investigadores externos, que ya han sido aprobadas por paneles de revisión por pares, antes de su adjudicación final. La incertidumbre en torno a lo que sucederá con esas subvenciones es preocupante, especialmente si se cancela la reunión que debería finalizar esta revisión. Además, se prevé que en las próximas semanas se realicen más reuniones de otros consejos de los 24 institutos y centros de concesión de subvenciones del NIH.
Otro aspecto alarmante para muchos investigadores es la interrupción de las secciones de estudio, de la que se enteraron recientemente. Sin la realización de estas reuniones, el NIH no puede otorgar premios de investigación, lo que obstaculiza el progreso en varios proyectos científicos. Históricamente, los gobiernos han implementado pausas en las comunicaciones al inicio de sus mandatos, pero la magnitud de esta prohibición de viajes es inusual y ha generado preocupaciones sobre las oportunidades de desarrollo profesional para estudiantes de posdoctorado y posgrado.
Además, esta pausa también afecta la capacidad del personal del NIH para interactuar con grupos de pacientes y publicar información necesaria para la reclutación en ensayos clínicos. La situación también ha repercutido en la contratación, dado que no se pueden cubrir vacantes. La Oficina de Recursos Humanos del NIH rescindió ofertas de trabajo existentes y eliminó vacantes en su portal, lo que ha generado descontento entre quienes esperaban comenzar sus nuevas posiciones.