La pandemia de gripe H1N1 de 2009 podría estar jugando un papel inesperado en la protección de la población frente al actual brote de gripe aviar H5N1, que ha afectado a aves silvestres, aves de corral, ganado lechero y otros mamíferos.
Así lo revela una nueva investigación publicada en Science Translational Medicine, basada en experimentos realizados en hurones, modelo animal habitual para el estudio de la influenza humana.
Entre marzo de 2024 y julio de 2025, Estados Unidos confirmó 70 casos de gripe aviar en personas y una muerte. Sin embargo, la mayoría de estas infecciones fueron leves en comparación con brotes anteriores, pese a la exposición de trabajadores de granjas lecheras a altos niveles del virus.
El estudio evaluó cómo la inmunidad previa a diferentes cepas de gripe influye en la respuesta al H5N1. Los resultados mostraron que los hurones sin inmunidad a la influenza desarrollaron una enfermedad grave y letal. Aquellos con inmunidad a la gripe estacional H3N2 presentaron cuadros leves, aunque algunos murieron.
En contraste, los animales con inmunidad al H1N1 de 2009 se mostraron mucho más resistentes: solo la mitad se infectó, ninguno presentó síntomas clínicos y todos sobrevivieron.
“Todas las personas han estado expuestas al H1N, ya que el virus causó una pandemia en 2009 y ahora es la cepa de influenza predominante en circulación en 1 de cada 3 o 4 años”, explicó Troy Sutton, autor principal del estudio y profesor asociado de ciencias veterinarias y biomédicas en Penn State.
“Nuestros hallazgos sugieren que esta inmunidad protege contra la cepa H5N1 más reciente y podría explicar por qué estamos viendo menos casos y una enfermedad menos grave de lo esperado”.
No obstante, Sutton advirtió que el virus aviar podría seguir evolucionando y volverse más peligroso a medida que circule entre especies.
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