La gota, una forma de artritis inflamatoria causada por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones, ha sido considerada históricamente como una enfermedad asociada a la dieta rica en carnes, mariscos y alcohol. Sin embargo, en los últimos años la investigación científica ha revelado que ciertos compuestos vegetales pueden tener un efecto protector. Uno de los grupos más interesantes son los lignanos, fitoquímicos presentes en alimentos integrales y semillas, que han mostrado un potencial papel en la reducción del riesgo de gota.
Un nuevo análisis realizado en Estados Unidos aporta evidencia sólida de que la ingesta habitual de lignanos y de alimentos ricos en estos compuestos podría disminuir significativamente la aparición de esta enfermedad. El estudio, liderado por la Dra. Sharan K. Rai de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, fue publicado en la revista Arthritis Care & Research en julio de 2025.
¿Qué son los lignanos y dónde se encuentran?
Los lignanos son compuestos vegetales con actividad similar al estrógeno, presentes en alimentos como semillas de lino, avena y cereales integrales. Al llegar al intestino, son metabolizados por la microbiota intestinal, lo cual podría influir en procesos inflamatorios y metabólicos relacionados con la gota.
Se encuentran principalmente en:
- Semillas de lino (fuente más rica de secoisolariciresinol).
- Cereales integrales como la avena, el salvado y panes oscuros.
- Legumbres y algunas frutas y verduras.
Cuando son ingeridos, los lignanos son metabolizados por el microbioma intestinal, convirtiéndose en compuestos llamados enterolignanos. Estos metabolitos parecen jugar un rol antiinflamatorio y antioxidante.
El diseño del estudio y hallazgos principales
Los investigadores observaron que ciertos compuestos vegetales llamados lignanos y algunos cereales integrales parecían reducir de forma importante el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Los investigadores midieron la ingesta de cuatro lignanos específicos:
- Matairesinol
- Secoisolariciresinol
- Pinoresinol
- Lariciresinol
Además, evaluaron el consumo de cinco tipos de alimentos ricos en lignanos:
- Salvado añadido a la dieta.
- Panes integrales oscuros.
- Cereales integrales de desayuno.
- Avena o salvado de avena cocinado.
- Otros cereales cocinados.
En total, más de 120.000 participantes respondieron a un cuestionario validado de frecuencia alimentaria, con alrededor de 130 ítems de alimentos.
- Un mayor consumo de los lignanos matairesinol y secoisolariciresinol se relacionó con un 22 % menos de riesgo de gota (HRa ≈ 0,78).
- Incluir al menos una porción diaria de cereales integrales fríos (por ejemplo, ciertos tipos de cereales de desayuno) se asoció con una reducción del 38 % del riesgo (HRa ≈ 0,62).
- Comer avena cocida o salvado de avena al menos dos veces por semana disminuyó el riesgo en un 22 % (HRa ≈ 0,78).
- Añadir salvado (bran) a los alimentos dos veces por semana también tuvo un efecto protector, reduciendo el riesgo en un 16 % (HRa ≈ 0,84).
- En cambio, no se encontraron beneficios claros con el consumo de panes oscuros u otros cereales cocidos.
Estos resultados sugieren que no todos los cereales integrales son iguales en la prevención de la gota, y que los lignanos presentes en algunos alimentos vegetales pueden jugar un papel clave en la protección metabólica.
Limitaciones y consideraciones
Como en todo estudio, existen limitaciones que los autores reconocen:
- Subregistro de lignanos: las semillas de lino, principal fuente de secoisolariciresinol, fueron incluidas en el cuestionario en etapas posteriores del seguimiento, lo que probablemente subestimó la ingesta total en los primeros años.
- Población particular: los participantes eran principalmente profesionales de la salud en Estados Unidos, un grupo con características específicas que pueden no reflejar a la población general.
- Microbioma intestinal no evaluado: aunque se plantea que los lignanos ejercen su efecto a través del microbioma, no se midieron directamente los metabolitos de enterolignanos.
Relevancia práctica
El estudio concluye que seguir una dieta basada en vegetales, rica en granos integrales y semillas, puede ser una estrategia efectiva para la prevención de la gota. Esto abre una ventana interesante en la relación entre nutrición, microbiota intestinal y enfermedades inflamatorias.
Para los pacientes, significa que algo tan sencillo como incorporar un tazón diario de cereal integral, avena cocida o un pan oscuro podría marcar la diferencia en el riesgo de desarrollar gota.
Para los médicos, representa una oportunidad de recomendar intervenciones dietéticas no farmacológicas, de bajo costo y alto impacto, como complemento a la prevención y tratamiento tradicional de la hiperuricemia. Este hallazgo refuerza el valor de los alimentos vegetales no solo en la salud cardiovascular y metabólica, sino también en enfermedades articulares.
El mensaje final es claro: una alimentación rica en fibras, granos integrales y semillas no solo mejora la digestión, sino que también protege las articulaciones de la inflamación causada por el exceso de ácido úrico.