Un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha identificado a la proteína FTL1 como un factor decisivo en el deterioro cognitivo ligado al envejecimiento cerebral. “Es verdaderamente una reversión de las deficiencias”, afirmó con entusiasmo Saul Villeda, PhD, subdirector del Bakar Aging Research Institute y autor principal del estudio, al destacar que bloquear esta proteína permitió recuperar la memoria y mejorar las conexiones neuronales en modelos animales.
El envejecimiento afecta especialmente al hipocampo, la región del cerebro encargada de la memoria y el aprendizaje. Al comparar ratones jóvenes y viejos, los investigadores descubrieron que FTL1 era la única proteína con niveles significativamente distintos entre ambos grupos. Los animales mayores presentaban altos niveles de FTL1, menos conectividad neuronal y peores resultados en pruebas de memoria, mientras que al sobreexpresar esta proteína en ratones jóvenes, estos comenzaron a mostrar rasgos cerebrales propios de la vejez.
En experimentos de laboratorio, las neuronas expuestas a un exceso de FTL1 desarrollaron únicamente un neurito, en lugar de las múltiples ramificaciones características de las células nerviosas sanas. Sin embargo, al reducir los niveles de esta proteína en el hipocampo de ratones mayores, los investigadores observaron una mejora notable en la plasticidad sináptica y en el desempeño en pruebas de memoria, lo que constituye una auténtica reversión del deterioro cognitivo. Tal como explicó Villeda: “Esto es mucho más que simplemente retrasar o prevenir síntomas”.
El estudio también reveló que FTL1 disminuye el metabolismo celular en las neuronas envejecidas. Para contrarrestar este efecto, los científicos aplicaron un compuesto que estimula la actividad metabólica, logrando neutralizar parte de los daños asociados. Los hallazgos fueron publicados el 19 de agosto de 2025 en la revista Nature Aging y contaron con el respaldo financiero de la Simons Foundation, el Bakar Family Foundation, la National Science Foundation y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Este descubrimiento abre la puerta a nuevas estrategias para abordar el deterioro cognitivo relacionado con la edad. Identificar a FTL1 como un “interruptor” del envejecimiento cerebral no solo aporta un conocimiento clave sobre los mecanismos biológicos que afectan la memoria, sino que también sugiere que en el futuro podrían desarrollarse terapias capaces de revertir las consecuencias más devastadoras del envejecimiento neurológico.