Desigualdades en las pruebas de ITS revelan brechas en la prevención y el acceso a la atención

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Las mujeres jóvenes, los adolescentes y las personas sin seguro o con cobertura pública presentan las mayores tasas de positividad.

La baja implementación de pruebas combinadas para infecciones de transmisión sexual (ITS) y las amplias diferencias según grupo poblacional reflejan oportunidades perdidas para la detección temprana y la prevención, según investigaciones presentadas en el congreso Infectious Disease Week (IDWeek) 2025, realizado en Atlanta.

Menos del 32 % de los pacientes recibe pruebas combinadas

De acuerdo con un estudio de la Washington University School of Medicine en St. Louis, menos de un tercio de los pacientes recibió pruebas combinadas, para gonorrea, clamidia, VIH y sífilis, a pesar de que esta práctica es recomendada por las guías clínicas.

“Las tasas de pruebas son bajas y el uso de pruebas combinadas sigue siendo insuficiente en nuestro sistema hospitalario”, explicó el Dr. Tri Pham, residente de Medicina Interna. “Las mujeres y los pacientes jóvenes tienen la menor probabilidad de recibirlas, aunque son quienes enfrentan la mayor carga de enfermedad”.

El análisis incluyó datos de aproximadamente 170,000 adultos atendidos entre 2019 y 2024 en 14 hospitales y más de 230 centros médicos del Medio Oeste de Estados Unidos. Solo el 31.8 % de los encuentros clínicos incluyeron pruebas combinadas, con una marcada diferencia según el tipo de atención:

  • Enfermedades infecciosas ambulatorias: 79 %
  • Atención primaria: 47 %
  • Ginecología: 37 %
  • Urgencias: 10 %

A pesar de que los adolescentes y adultos jóvenes tienen mayor riesgo de ITS, los pacientes de 25 a 44 años fueron los más propensos a recibir pruebas combinadas. Las mujeres tuvieron casi la mitad de probabilidades de someterse a ellas en comparación con los hombres.

En cuanto a raza y etnicidad, los pacientes negros e hispanos mostraron mayores probabilidades de recibir pruebas, mientras que el tipo de seguro también influyó: quienes contaban con Medicaid tuvieron una ligera ventaja frente a los asegurados privados o los no asegurados.

Un segundo estudio, liderado por Sarah Naz-McLean, candidata a doctorado en epidemiología de la Universidad de Toronto, evaluó los patrones de pruebas en un gran sistema hospitalario de Massachusetts.

Los resultados mostraron que las tasas más altas de positividad para clamidia y gonorrea se concentraron en mujeres adolescentes, pacientes negros e hispanos, y personas con seguro público o sin cobertura médica.

El servicio de urgencias, aunque representó solo el 5 % del total de pruebas, registró la mayor tasa de positividad entre adolescentes (9.8 %) y mujeres de minorías étnicas. Para Naz-McLean, esto demuestra que los servicios de urgencias funcionan como un punto crítico de acceso a la salud sexual, especialmente para las poblaciones más vulnerables.

“Necesitamos continuar impulsando estrategias con enfoque en equidad y justicia para mejorar el acceso a la detección en todos los entornos, desde la atención primaria hasta la ginecología y la atención urgente”, destacó.

Un llamado a fortalecer la educación y el acceso a la detección

Las investigaciones también revelaron que la mayoría de los casos positivos se presentan en mujeres jóvenes que no acuden de forma rutinaria a pruebas asintomáticas, lo que podría indicar barreras de acceso o falta de educación sobre salud sexual.

“La clamidia y la gonorrea pueden ser asintomáticas en mujeres y, si no se tratan, causar enfermedad pélvica inflamatoria e infertilidad”, recordó la Dra. Meena Ramchandani, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Washington, quien no participó en los estudios. “Es esencial aumentar la conciencia, capacitar al personal de salud y fortalecer los esfuerzos de salud pública para mejorar el control de las ITS”.

En Estados Unidos, las infecciones de transmisión sexual han aumentado en la última década, con una carga desproporcionada en poblaciones jóvenes y racialmente diversas. Casi la mitad (48 %) de los casos reportados en 2024 se registraron en personas de 15 a 24 años, y los individuos negros representaron un tercio (32 %) del total de casos, pese a constituir solo el 13 % de la población.

Para los expertos, estos hallazgos subrayan la necesidad de políticas públicas más específicas y sensibles a la realidad social, que garanticen la detección integral, la equidad en la atención y la prevención efectiva de ITS.

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