El cerebro mantiene mapas corporales estables incluso tras la amputación de un brazo

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Este enfoque detallado permitió confirmar que la amputación no altera de manera significativa la organización cortical preexistente.

Un nuevo estudio con seguimiento de hasta cinco años revela que la amputación de un brazo no desencadena una reorganización a gran escala en el cerebro adulto, desafiando la idea de que la corteza sensoriomotora se adapta drásticamente tras la pérdida de un miembro.

La investigación, realizada mediante neuroimagen longitudinal en tres adultos sometidos a amputación, comparó la actividad cortical antes y después de la cirugía. En la primera etapa, se registró la actividad generada por el movimiento real de la mano. Posteriormente, se midió la respuesta al movimiento de la “mano fantasma” y también se evaluó la representación de los labios, antes y después del procedimiento.

Los resultados mostraron que las representaciones corticales de la mano y de los labios permanecieron estables en las regiones sensoriomotoras primarias, incluso años después de la amputación. 

Es decir, los mapas corporales del cerebro adulto conservaron su organización original, sin evidencias de un reemplazo funcional masivo por parte de otras áreas, como tradicionalmente se había planteado.

Para sustentar estos hallazgos, el equipo aplicó rigurosos análisis estadísticos utilizando herramientas como Python y JASP. Se emplearon pruebas de normalidad, comparaciones entre casos individuales y grupos de control, así como técnicas específicas como la prueba de rangos con signo de Wilcoxon, la t de muestras pareadas y correlaciones de Pearson y Spearman.

Este enfoque detallado permitió confirmar que la amputación no altera de manera significativa la organización cortical preexistente. Según los autores, estos resultados abren nuevas preguntas sobre la plasticidad cerebral: más que un reacomodo global tras la pérdida de un miembro, el cerebro adulto podría conservar una estructura estable de mapas corporales, incluso en ausencia de entrada sensorial directa.

El hallazgo ofrece un cambio de perspectiva en el debate sobre la capacidad del cerebro humano para reorganizarse y podría tener implicaciones en terapias de rehabilitación y en el diseño de prótesis que aprovechen la persistencia de estos mapas neuronales.

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