La Dra. Mary Joahn Rodríguez, especialista en medicina interna y obesidad, advierte sobre el uso de medicamentos inyectables para bajar de peso, como los agonistas de GLP-1 (semaglutida o tirzepatida), sin acompañamiento médico. Aunque estos fármacos han demostrado eficacia para reducir el peso corporal y controlar la ansiedad por la comida, su uso inadecuado puede traer consecuencias como la pérdida de masa muscular, debilidad y recaídas al suspender el tratamiento.
¿Qué dicen los estudios?
Ensayos clínicos han demostrado que entre un 25 % y un 40 % del peso perdido con agonistas de GLP-1 corresponde a masa libre de grasa, lo que incluye músculo. En el caso de la semaglutida, por ejemplo, cerca de 6 kilos de masa magra pueden perderse durante el tratamiento.
Si bien esta pérdida no suele comprometer la movilidad ni aumentar el riesgo de fragilidad en personas con obesidad, sí requiere vigilancia médica para evitar consecuencias como debilidad, fatiga o un metabolismo más lento.
Cómo prevenir la pérdida de músculo
La doctora Rodríguez explica que el medicamento no es la solución, sino una herramienta. Para lograr resultados sostenibles y cuidar la salud muscular, se recomienda:
- Aumentar la ingesta de proteínas: estudios sugieren que alcanzar al menos 1,2 g de proteína por kilo de peso al día reduce la proporción de masa muscular perdida.
- Ejercicio de resistencia y fuerza: rutinas con peso corporal, bandas elásticas o entrenamiento en gimnasio pueden evitar hasta un 95 % de la pérdida muscular.
- Dormir bien e hidratarse: el bajo apetito que generan estos fármacos puede llevar a déficits de vitaminas, minerales y líquidos. Mantener una buena hidratación y, si es necesario, suplementar bajo supervisión médica es clave.
Otro punto crítico es la interrupción abrupta del medicamento. Estudios han mostrado que tras dejarlo, los pacientes pueden recuperar entre un 7 % y un 12 % del peso perdido en solo un año. Por eso, la clave está en combinar la terapia con la adopción de hábitos saludables que puedan mantenerse en el tiempo.
En redes sociales abundan recomendaciones sin respaldo científico sobre estos fármacos. Por ello, los especialistas insisten en la importancia de consultar sociedades médicas acreditadas o profesionales certificados en obesidad.
“La educación es una herramienta poderosa. La obesidad se puede tratar, pero necesitamos eliminar el estigma, entenderla como enfermedad y acompañar a los pacientes con empatía y ciencia”, concluye la Dra. Mary Joahn Rodríguez.