Las enfermedades no transmisibles (ENT) y los trastornos de salud mental se han convertido en una “bomba de tiempo” para la economía sudamericana: podrían generar pérdidas económicas equivalentes al 4 % del PIB regional, alertan expertos.
Según el informe de la OPS, ENT como cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares, junto a problemas de salud mental, representan este mes el 77 % de las muertes en América del Sur, superando el promedio mundial del 74 %, y causarán pérdidas equivalentes al 4 % del PIB regional entre 2020 y 2050.
Costo económico desglosado
Estas pérdidas incluyen tanto la caída de la productividad por muertes prematuras como por el aumento del gasto en atención médica. En términos absolutos, el informe calcula más de 7,3 billones de dólares en la región, cifra equiparable al PIB anual total de América Latina y el Caribe.
Entre los países más perjudicados destacan:
- Brasil: hasta 4,5 % del PIB perdido
- Chile y Argentina: 4,4 % del PIB perdido
- En Chile, por ejemplo, la pérdida por persona se estima en 27.300 USD anuales.
El incremento de ENT y problemas mentales obedece a:
- Envejecimiento poblacional
- Aumento de obesidad, diabetes y sedentarismo
- Consumo nocivo de tabaco y alcohol
- Contaminación y pobres hábitos alimentarios
Desde 2000, la obesidad adulta creció 67,5 %, la diabetes 53,6 % y la inactividad física 24,1 % .
Recomendaciones clave
Para mitigar el impacto, la OPS propone:
- Prevención: gravar tabaco, alcohol y bebidas azucaradas; fomentar ejercicio y alimentación saludable
- Diagnóstico y tratamiento temprano para reducir muertes prematuras
- Financiamiento robusto a sistemas de salud, especialmente en ENT y salud mental.
El informe cita el programa HEARTS, que ha ayudado a controlar la hipertensión en más de 5,7 millones de personas.
Además del impacto económico, la falta de atención a la salud mental, con altos índices de suicidio y discapacidad, pesa en el tejido social y agrava las desigualdades, afectando la productividad y el bienestar colectivo.
La OPS advierte que retrasar acciones contra las ENT y los trastornos mentales no es solo una amenaza para la salud pública, es una crisis económica y social inminente. Para evitarla, es urgente aplicar políticas multisectoriales, invertir en prevención y fortalecer los sistemas sanitarios.
Gobiernos, sector privado y sociedad civil deben priorizar la salud como motor económico, combatir hábitos nocivos, reforzar la atención mental y crónica, y garantizar recursos suficientes para proteger el futuro de las poblaciones.
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