La semaglutida está captando cada vez más interés en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad. La Dra. Leticia Hernández explica cómo este medicamento actúa directamente en el cerebro, ayudando a los pacientes a sentirse satisfechos rápidamente y a controlar su ingesta calórica.
“Este medicamento ayuda a regular los niveles de glucosa y reduce el apetito al actuar sobre el cerebro, permitiendo que los pacientes se sientan satisfechos más rápidamente,” menciona la Dra. Hernández, destacando que los pacientes pueden llegar a reducir hasta un 15% de su masa corporal inicial con su uso.
La semaglutida, además, contribuye a mejorar la respuesta del cuerpo a la insulina, lo cual reduce las complicaciones de la diabetes. «En este caso, este efecto de retrasar el vaciado de nuestro estómago, lo que va a hacer es que va a reducir ese tiempo… o sea esa hambre, va a reducir el hambre y también a nivel de nuestros centros de cerebro, también nos va a ayudar con ese control de apetito», explica. Esta reducción en el hambre permite que los pacientes controlen mejor su peso.
Pese a sus beneficios, la Dra. Hernández subraya que el tratamiento no está libre de riesgos. Entre los efectos secundarios, los pacientes suelen experimentar náuseas, las cuales pueden ser más severas y provocar vómitos en ciertos casos.
Además, advierte sobre los riesgos de la pérdida de peso rápida, que puede causar la formación de cálculos en la vesícula y pérdida de masa muscular, factores que afectan la estabilidad y sensibilidad a la insulina.
“Es fundamental que los pacientes reciban orientación médica para manejar estos efectos y decidir si es el tratamiento adecuado,” insiste la doctora, subrayando que “la pérdida de peso rápida debe monitorearse cuidadosamente para evitar desequilibrios nutricionales.”
La Dra. Hernández también menciona ciertas contraindicaciones para el uso de semaglutida, especialmente en personas con antecedentes de cáncer medular de tiroides o con el síndrome de neoplasia endocrina múltiple, una condición endocrina que eleva el riesgo de este tipo de cáncer.
“Es bien importante que utilicemos un medicamento que esté aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos,» señala la doctora, enfatizando la necesidad de consulta médica para maximizar los beneficios y minimizar riesgos.
Con esta supervisión médica constante, la semaglutida se posiciona como una opción prometedora para el control de la diabetes y la obesidad, ofreciendo una alternativa segura y eficaz para quienes buscan una mejor calidad de vida y control de peso.