Por: Dra: Maricelly Santiago-Ortiz, científica y comunicadora en salud.
Actualmente, el recibir un diagnóstico de cáncer, no es un sentencia de muerte. Un diagnóstico detectado a tiempo puede ayudar a diseñar el curso del plan proactivo que se llevará a cabo en beneficio del paciente y la familia. Por otro lado, cabe destacar; que debido a los grandes avances en la investigación oncológica traslacional y el amplio espectro de estudios clínicos, los mismos han contribuido a la sobrevida en los pacientes sigue en aumento significativamente. Esto se refleja en el número de sobreviventes que tenemos en Puerto Rico. Desde el momento del diagnóstico, ya el paciente es conocido como un sobreviviente de cáncer. Al presente, nuestra isla cuenta con más de 74,000 sobrevivientes, según el Registro Central de Cáncer de Puerto Rico. Por lo que el apoyo a través de la innovación científica, cuidado especializado y la educación son ramas que contribuyen a la mejoría de un paciente con cáncer.
Dicta la Ora (OMS) y los Institutos Nacionales de Cáncer (NCI) que desde que el paciente recibe un diagnóstico positivo a cáncer, es importante considerar todas las herramientas posibles para poder asistirlo. No se sugiere hacerlo al terminar el tratamiento clínico, ya que un paciente y su familia necesitan el apoyo y el cuidado cercano en el proceso. Ambos son de suma importancia debido a que le brindan confianza y fortaleza tanto al paciente como a su familiar.
El apoyo siempre es bien recibido por el paciente y su familia, independientemente de los factores culturales. En pruebas o diagnósticos difíciles, el apoyo y la empatía se vuelven críticos. Aunque debemos reconocer que es mucha la responsabilidad que todos los que rodean al paciente adquieren, es por esta razón, que podemos dividir el apoyo que deseamos dar en diferentes ramas o esferas de acuerdo a las necesidades del paciente. Estas ramas o esferas son todas igual de importantes entre ellas mismas y deben ser atendidas con premura.
Recordemos que el paciente es un ser integral. Se compone de múltiples esferas que le permiten ser y expresarse como “un todo”. En un diagnóstico de cáncer, una o varias de estas esferas se pueden ver afectadas o trastocadas. Algunas de estas esferas son las siguientes: nutricional, fisica, espiritual, económica, social, familiar, comunitaria, laboral. Todas las esferas pueden ser asistidas por el apoyo que brindan un equipo multidisciplinario. Dicho equipo es conformado por distintos especialistas con distintos peritajes que al unirse brindan su mejor esfuerzo en beneficio del paciente. El que un paciente sea asistido por un grupo de apoyo, puede ser recomendado y sugerido por los profesionales de la salud encargados del manejo del proceso oncológico. En dichos grupos se discute información altamente sensible y de manera confidencial. Cabe destacar, que el participar de los mismos, es de manera voluntaria. Si el paciente entiende que ya el grupo de apoyo cumplió su cometido, el paciente puede abandonar dicho grupo y buscar otro grupo de apoyo más a tono o más a fin a sus necesidades.
Los grupos de apoyo se pueden dividir en distintas categorías:
- De sobreviviente a sobreviviente: se observa como un paciente que ya ha terminado su tratamiento y se encuentra en remisión, desea compartir su experiencia con otros pacientes que están recién diagnosticados. En este escenario, dicho paciente debe buscar un profesional de la salud certificado que lo acompañe en las dinámicas.
- De comunidad a familia y paciente: Líderes comunitarios certificados llevan a cabo sesiones de apoyo para recoger el insumo tanto del paciente como el familiar.
- Equipo multidisciplinario a pacientes: Profesionales de la salud con distintos peritajes dialogan con el paciente con el fin de asistir sus esferas más trastocadas.
- Equipo multidisciplinario a cuidadores: Profesionales de la salud con distintos peritajes indagan con los cuidadores y familiares que necesidades ellos tienen para que así puedan ayudar asistir al paciente de cáncer.
En los escenarios de los grupos de apoyo, es de suma importancia y saludable el manejo de emociones, que es atendido por los sicólogos o trabajadores sociales. De igual forma, si se necesita apoyo en brindar asistencia económica, tanto el navegador de paciente, organizaciones sin fines de lucro del tercer sector y el trabajador social son excelentes recursos para orientar. El apoyo en la fase espiritual, se vuelve notable en estos casos. La espiritualidad puede ser brindada o reforzada por capellanes o de sus respectivas iglesias. En adición, la esfera física es asistida por los enfermos oncólogos, terapistas físicos y el oncólogo, debido a los efectos secundarios de los tratamientos clínicos. La esfera nutricional debe ser asistida por una nutricionista certificada que le diseñe un plan nutricional y calórico de acuerdo al paciente. Si conocemos las necesidades y el tipo de apoyo que se necesita, se identifica que tipo de grupo de apoyo pudiera ser de mayor beneficio para la persona diagnosticada. Si la familia del paciente está de acuerdo, será un mejor escenario para los que están afectados por el diagnóstico, ya que podemos asistir de manera certera y precisa de manera global en ese entorno familiar.
Reconozcamos que cada individuo reacciona de manera distinta ante detonantes y noticias no esperadas. Recuerde que en un diagnóstico de una enfermedad crónica, como lo es el cáncer, no es fácil de asimilarlo ni de sobrellevarlo. Requiere tiempo, apertura, diálogo, paciencia y asistencia siempre. Cualquier tipo de apoyo o asistencia que pueda ser recibida, marcará la calidad de vida y su bienestar tanto del paciente y su cuidador de inmediato. Igualmente, se recomienda, que respetuosamente antes de brindar cualquier tipo de asistencia, siéntase en la confianza de preguntar al paciente y su cuidador si están dispuestos a recibir dicha ayuda. Esta práctica se realiza para brindar un espacio saludable a las personas involucradas y nexos familiares. No dejemos cabos sueltos cuando brindemos apoyo a un paciente de cáncer y a su familiares, el mismo puede ser sanador y significativo en sus vidas durante y después del diagnóstico.
