Un reciente estudio nacional realizado en Corea del Sur ha revelado que los inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF) podrían ofrecer un beneficio significativo en la reducción del riesgo de eventos cardiovasculares en pacientes diagnosticados con espondilitis anquilosante. Este hallazgo podría cambiar la forma en que se gestionan los tratamientos para esta enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente la columna vertebral y las articulaciones.
Los investigadores llevaron a cabo un estudio de cohortes a gran escala que analizó datos de 43,502 pacientes diagnosticados con espondilitis anquilosante a partir de 2010. De estos, un 29,3 % eran mujeres y la edad media era de 41,2 años. Los resultados muestran que aquellos pacientes que habían sido tratados con inhibidores del TNF presentaron un riesgo aproximadamente un 30 % menor de sufrir eventos cardiovasculares, como infartos de miocardio o ictus, en comparación con aquellos que nunca habían recibido terapia biológica.
Las tasas de incidencia de eventos cardiovasculares fueron significativamente diferentes entre los grupos estudiados: 18,66 por cada 10,000 años-persona en el grupo no expuesto a fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, 8,92 en el grupo expuesto a inhibidores del TNF y 12,87 en aquellos tratados con inhibidores de la interleucina-17. Las cifras sugieren que la exposición a los inhibidores del TNF está asociada con una reducción del riesgo de infarto o ictus, con un hazard ratio ajustado de 0,697 y 0,774 para insuficiencia cardiaca.
Sin embargo, los inhibidores de la interleucina-17 no mostraron una relación significativa con un menor riesgo cardiovascular. Los resultados indican que el efecto protector de los inhibidores del TNF es más notorio en pacientes sin dislipidemia, lo que sugiere que el perfil de salud cardiovascular de los pacientes puede influir en la efectividad de estos tratamientos.
Los autores del estudio subrayan la importancia de estos hallazgos, afirmando que «aportan información clínica relevante en relación con el tratamiento de los pacientes con espondilitis anquilosante, en particular en lo que respecta al efecto de los medicamentos sobre los riesgos cardiovasculares».
Este avance en la investigación podría tener un impacto significativo en la práctica clínica, ofreciendo a los médicos una nueva herramienta para mejorar la calidad de vida y la salud cardiovascular de sus pacientes con espondilitis anquilosante.
