Con la llegada de agosto, mes de altas temperaturas en Puerto Rico y del regreso a clases, especialistas hacen un llamado a la prevención de lesiones no intencionales en la niñez.
La Dra. Milagros Martín, emergencióloga y directora del Programa de Emergencias Médicas del Departamento de Pediatría del Recinto de Ciencias Médicas, subrayó la importancia de educar a padres, cuidadores y entrenadores para evitar tragedias relacionadas con el calor y las quemaduras.
“Los niños son bien sensibles al calor y a la piel, que puede sufrir daño por la toxicidad de los rayos solares. Además, tienen más facilidad de deshidratarse”, explicó la doctora Milagros.
Ante este escenario, recomendó limitar la exposición al sol a horarios de menor intensidad —antes de las 10:00 a.m. y después de las 3:00 p.m.—, garantizar sombra y, sobre todo, mantener una adecuada hidratación. “Hidratación es la base, pero no con refrescos ni jugos, sino con agua, agua como la que cae del cielo, porque es lo que ayuda al cuerpo a restablecer la pérdida de calor”, enfatizó.
Martín recalcó que la deshidratación en menores puede presentarse con síntomas poco específicos, como irritabilidad, somnolencia o debilidad. “Cuando un infante no puede decir ‘tengo sed’, el riesgo aumenta, porque solo podemos identificarlo por señales como sudoración, enrojecimiento o cansancio extremo”, apuntó.
Con el regreso a los deportes escolares, el riesgo se incrementa. “Es fundamental que los entrenadores limiten el tiempo de exposición y establezcan pausas constantes para hidratarse. Un niño deshidratado puede sofocarse, marearse e incluso colapsar durante la práctica”, advirtió la experta.
Otro foco de lesiones comunes son las quemaduras domésticas, especialmente en la cocina. Según la especialista, las escaldaduras por líquidos calientes son las más frecuentes en el Hospital Pediátrico. “Los nenes entran a la cocina, se enredan entre las piernas de la mamá o halan un mantel con café hirviendo, y la sustancia cae encima. Son accidentes prevenibles”, dijo la Dra. Martín.
En caso de quemadura, la doctora detalló las acciones correctas: “Hay que remover la ropa y mojar el área con agua a temperatura ambiente, nunca con hielo. Luego, cubrir con un paño limpio y buscar atención médica. No se deben usar remedios caseros como pasta dental, mantequilla o papa”.
También hizo hincapié en que no todas las quemaduras son accidentales: “Algunas pueden ser señales de maltrato. Los patrones de lesión nos ayudan a distinguir si fueron intencionales, y los médicos tenemos la responsabilidad de reconocerlo y denunciarlo”, alertó la Dra. Martín.
La especialista concluyó recordando que la mayoría de estas situaciones son evitables con supervisión y medidas sencillas: mantener a los niños fuera de la cocina, usar ollas con mangos hacia adentro y proveer hidratación constante durante las actividades al aire libre.
“Estos eventos que vemos en la niñez son prevenibles, la mayoría de ellos. La educación y la vigilancia son nuestra mejor herramienta para proteger a los más pequeños”, concluyó.