El Dr. Camilo Andrés Gómez, médico internista cardiólogo, advierte sobre una de las amenazas más silenciosas y crecientes para la salud pública en América Latina: las enfermedades cardiometabólicas.
Estas patologías, que combinan trastornos del metabolismo con afectaciones del sistema cardiovascular, incluyen condiciones tan comunes como la diabetes mellitus tipo 2, la dislipidemia (colesterol alto) y la hipertensión arterial.
«Estas enfermedades no se presentan de forma aislada, sino que representan un continuo que inicia muchas veces desde la infancia», explica el Dr. Gómez. Factores como una mala alimentación, el sedentarismo y la falta de sueño están influyendo cada vez más temprano en la vida de las personas. Por ello, enfatiza en la necesidad de iniciar la prevención desde etapas pediátricas.
Alimentación y estilo de vida: pilares fundamentales
Una de las principales preocupaciones del especialista es el cambio en los hábitos alimenticios de los países latinoamericanos, los cuales se están acercando al modelo estadounidense, caracterizado por alimentos ultraprocesados ricos en carbohidratos, colorantes y conservantes. Estos productos deterioran la salud de las arterias y del metabolismo de los lípidos desde edades tempranas.
El Dr. Gómez recalca que una dieta balanceada, acompañada de ejercicio regular y hábitos de sueño adecuados, son la base para evitar la aparición de enfermedades crónicas. Dormir bien, por ejemplo, permite reparar el endotelio (la capa interna de las arterias) y mantiene a raya el estrés oxidativo y hormonal que puede derivar en eventos cardiovasculares como infartos o arritmias.
La complejidad de las enfermedades cardiometabólicas ha impulsado el uso de tecnologías como la inteligencia artificial, que permite analizar grandes volúmenes de datos clínicos y personalizar los tratamientos. “La IA nos ayuda a tomar decisiones más precisas y rápidas basadas en la evidencia más actualizada”, afirma el Dr. Gómez.
Conciencia colectiva y atención temprana
El llamado del especialista es a entender que la lucha contra las enfermedades cardiometabólicas no es tarea exclusiva de los médicos, sino una responsabilidad colectiva. Desde los padres de familia hasta los gobiernos, se debe participar en la promoción de estilos de vida saludables y asegurar un acceso temprano y continuo al sistema de salud.“Todos estamos en riesgo de desarrollar una enfermedad cardiometabólica. Pero si actuamos desde temprano, si educamos, prevenimos y tratamos a tiempo, podemos cambiar el rumbo de esta historia”, concluye.
