Problemas hormonales, gastrointestinales e incluso sociales pueden afectar el crecimiento del menor

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Dr. Carlos Leyva, endocrinólogo pediátrico. Foto: PHL.

Durante el especial de ‘Regreso a Clases Saludable’ de PHL junto al Puerto Rico Children’s Hospital, el endocrinólogo pediátrico, el Dr. Carlos Leyva enfatizó la importancia de dar seguimiento al desarrollo físico y cognitivo de los menores como parte esencial de su bienestar y rendimiento académico.

“El crecimiento es un indicador de cómo está la salud de nuestros hijos. Los padres tienen que llevar a sus hijos al pediatra por lo menos una vez al año, aunque no estén enfermos”, señaló el Dr. Leyva, subrayando que las gráficas de crecimiento permiten detectar tempranamente si existe algún problema.

El especialista explicó que la velocidad de crecimiento es un parámetro más relevante que la posición exacta en la gráfica: “Puede estar del lado bajo, pero creciendo a un paso normal, y eso está bien. Pero si baja percentiles, aunque esté alto, hay que preocuparse”.

El doctor Leyva destacó que problemas hormonales, gastrointestinales, renales, anémicos e incluso sociales pueden afectar el crecimiento final del menor. Entre las pruebas más comunes que se solicitan están las de tiroides, orina, hemoglobina y niveles de azúcar en sangre, ya que la diabetes descontrolada también puede frenar el crecimiento.

La deficiencia de hormona de crecimiento es la causa más frecuente de estatura baja por origen endocrino. “Existe un factor genético. Si los padres tuvieron deficiencia, los hijos tienen más probabilidad de presentarla”, dijo el doctor, aclarando que el objetivo del tratamiento es ayudar al menor a alcanzar la estatura que dictan sus genes.

El endocrinólogo mencionó que el diagnóstico se confirma con pruebas de estimulación y, en algunos casos, con radiografías de la mano izquierda para evaluar la edad ósea. “Esa placa nos dice cuánto espacio tienen los huesos para que el niño pueda crecer”, explicó.

El tratamiento con hormona de crecimiento, que puede administrarse a diario o semanalmente según disponibilidad y cobertura, ha demostrado resultados rápidos. “Ya después de la segunda visita, ese crecimiento empieza a recuperarse. Es bien gratificante porque los padres y los niños lo notan”, aseguró.

Sobre el acceso, el experto indicó que el Plan Vital y algunos seguros privados cubren la terapia si se cumplen los criterios médicos, y que existen programas de ayuda de las farmacéuticas para familias que no pueden costearla.
De esta manera, el especialista hizo un llamado a mantener el seguimiento pediátrico desde el nacimiento hasta el final de la pubertad: “Hay niños que nacen pequeños para su edad gestacional y si a los dos años no han entrado en la curva, se recomienda iniciar tratamiento”, concluye el especialista.

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