Las infecciones asociadas a la atención en salud son uno de los principales desafíos para los sistemas hospitalarios en el mundo. Estas complicaciones, que aparecen después de un procedimiento médico, no solo afectan la recuperación de los pacientes, sino que también generan un alto impacto en los costos de atención, el uso de medicamentos y la confianza en los servicios de salud.
Para profundizar en los retos que enfrenta el país frente a la seguridad hospitalaria, conversamos con Andrés Londoño, especialista clínico en esterilización para la región andina de Solvento.
De acuerdo con Andrés Londoño, las infecciones asociadas a la atención en salud, en especial las de sitio quirúrgico, se mantienen como una de las principales amenazas silenciosas dentro de los entornos hospitalarios. Solo en Colombia, según datos del Instituto Nacional de Salud, se registraron más de 45.000 casos en 2024.
“El paciente llega por una cirugía de apendicitis o de hernia, pero en el quirófano adquiere un microorganismo que afecta su salud. Esto alarga la estancia hospitalaria, incrementa el uso de medicamentos y genera complicaciones adicionales”, explicó.
Asimismo, el especialista destacó que en el país se ha avanzado en la implementación de medidas para garantizar la seguridad en los procesos de esterilización, un factor clave para proteger al paciente y reducir riesgos.
“El objetivo como país, sociedad y gremio es elevar el aseguramiento de la esterilidad, asegurando que los dispositivos utilizados en los procedimientos quirúrgicos sean cada vez más seguros. Sólo así podremos disminuir el riesgo que se presenta en el quirófano por los múltiples factores que confluyen en este proceso”, puntualizó Londoño.
El reto sigue siendo enorme, pero los esfuerzos en capacitación, innovación tecnológica y protocolos más estrictos de esterilización son pasos fundamentales para enfrentar esta realidad. En palabras de Andrés Londoño, la meta es clara, proteger la vida del paciente reduciendo al máximo los riesgos en cada procedimiento quirúrgico.
No solo está en contar con equipos y procesos de alta calidad, sino también en fortalecer la capacitación continua del personal de salud y en generar una cultura hospitalaria enfocada en la seguridad del paciente.
En ese sentido, Colombia avanza en el fortalecimiento de protocolos de bioseguridad y en la implementación de nuevas tecnologías, pero el desafío sigue siendo enorme. La meta es clara, proteger la vida del paciente reduciendo al máximo los riesgos en cada procedimiento quirúrgico.