La Asociación Psiquiátrica Americana (APA) publicó una versión actualizada de su guía para la prevención y tratamiento del delirio, la primera en más de dos décadas. El documento busca mejorar la detección y el manejo de una condición que afecta a uno de cada cuatro adultos hospitalizados y que sigue siendo subdiagnosticada.
El delirio, caracterizado por una pérdida repentina de atención, conciencia y función mental, puede tener causas diversas como infecciones, trastornos metabólicos, uso de ciertos fármacos o deterioro cognitivo. Aunque suele durar pocos días, puede prolongar las estancias hospitalarias y afectar la recuperación.
“Los clínicos no siempre la reconocen, a veces por temor a que refleje una mala calidad del cuidado”, señaló el Dr. Mark A. Oldham, miembro del comité redactor y expresidente de la American Delirium Society.
Enfoque preventivo y multidisciplinario
Hasta el 40 % de los casos de delirio son prevenibles mediante estrategias no farmacológicas, como garantizar audífonos o lentes, promover la movilidad, mantener la hidratación y ofrecer estimulación cognitiva. La nueva guía amplía su alcance más allá de la psiquiatría, incluyendo ahora a médicos internistas, de familia y personal de enfermería.
“El campo del delirio ha crecido enormemente y requiere la colaboración de múltiples disciplinas”, indicó la Dra. Catherine Crone, presidenta del comité redactor.
El documento enfatiza la evaluación estructurada de los pacientes y la revisión detallada de sus medicamentos, especialmente aquellos que pueden afectar el estado cognitivo. La APA recomienda usar antipsicóticos solo en casos de agitación o psicosis severa y evitar las benzodiacepinas salvo indicaciones específicas, ya que pueden agravar la confusión y aumentar el riesgo de caídas.
Asimismo, sugiere considerar la dexmedetomidina como sedante alternativo en pacientes quirúrgicos o en ventilación mecánica, y desaconseja el uso de melatonina por falta de evidencia.
Atención más humana y segura
El nuevo documento también desaconseja las restricciones físicas, salvo en casos de riesgo inminente, y promueve la revisión de medicación al alta o transferencia del paciente. “Estas pautas ofrecen un marco práctico para brindar una atención más humana, preventiva y centrada en el paciente”, concluyó el Dr. Oldham.
La guía completa y materiales educativos están disponibles en el sitio web de la American Psychiatric Association.
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