“Los trastornos mentales son tratables, pero la mayoría de las personas que los padecen no reciben atención”, advirtió la OMS al presentar su nuevo Informe Mundial de Salud Mental 2025 y el Atlas de Salud Mental 2024. (OMS)
Según los datos, más de 1.000 millones de personas viven con algún trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad los más frecuentes. Estas condiciones representan la segunda causa de discapacidad a largo plazo y generan pérdidas económicas enormes por disminución de productividad, costos sanitarios y deterioro de la calidad de vida.
Pese a los avances en políticas de salud mental, la OMS advierte que la brecha de atención sigue siendo alarmante: en muchos países de ingresos bajos y medios, más del 70 % de las personas afectadas no recibe ningún tipo de tratamiento.
La organización pide a los gobiernos aumentar la inversión en servicios comunitarios y fortalecer el personal especializado, especialmente en atención primaria, donde se detectan los primeros signos de enfermedad mental. También llama a integrar el cuidado psicológico en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez.
Los informes destacan ejemplos positivos de naciones que han implementado redes comunitarias, capacitación de agentes locales y programas escolares que reducen el estigma y mejoran la detección temprana. Sin embargo, la OMS alerta que los avances son desiguales y que la pandemia de COVID-19 dejó secuelas emocionales aún sin resolver.
En conclusión, la salud mental se consolida como un eje central del bienestar global. Escalar los servicios y reducir la brecha de atención no es solo una meta sanitaria, sino una inversión en productividad, cohesión social y derechos humanos.
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