Un inusual caso clínico documentó cómo el cambio de terapia con corticosteroides orales a tópicos exacerbó la intolerancia a la glucosa en un paciente de 80 años con psoriasis en placas y diabetes tipo 2, lo que pone de relieve los riesgos metabólicos asociados incluso con el uso cutáneo de estos fármacos.
La psoriasis en placas, una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, suele tratarse con corticosteroides tópicos de alta potencia en pacientes con lesiones gruesas o extensas.
Aunque se considera que los tratamientos tópicos presentan menor riesgo sistémico que los esteroides orales, su absorción a través de la piel puede variar de forma significativa según el área tratada, la extensión de la lesión y el estado de la barrera cutánea.
El caso reportado describe a un hombre de 80 años con diabetes tipo 2 de 16 años de evolución, tratado con insulina y un inhibidor de la alfa-glucosidasa, quien presentaba psoriasis en placas resistente al tratamiento oral con corticosteroides. Ante la falta de mejoría y el mal control glucémico, se decidió sustituir el tratamiento oral por corticosteroides tópicos.
Poco después del cambio, se observó un agravamiento del control de la glucemia, evidenciando una mayor intolerancia a la glucosa. Sin embargo, conforme mejoraron las lesiones psoriásicas, también se registró una reducción en los episodios de hipoglucemia.
Los especialistas enfatizan la importancia de vigilar de cerca los niveles de glucemia cuando se utilizan corticosteroides tópicos en pacientes diabéticos, ya que los cambios en la fase de la enfermedad cutánea pueden modificar drásticamente la absorción del fármaco y, por ende, su impacto metabólico.
El reporte concluye que los corticosteroides tópicos deben manejarse con precaución, tomando en cuenta la extensión de las lesiones, la localización del tratamiento y el estado de la superficie cutánea, para evitar complicaciones metabólicas inadvertidas en pacientes con comorbilidades como la diabetes.
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