Estudio revela efectos variables de terapias para esclerosis múltiple en el riesgo de ACV

frame fotos notas ph latam 2025 05 30t154040.238
Los hallazgos señalan la necesidad de una medicina personalizada para los pacientes con EM.

Un nuevo estudio ha arrojado luz sobre los efectos variables que pueden tener las terapias modificadoras de la enfermedad (TME) en pacientes con esclerosis múltiple (EM), específicamente en su riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV). Los hallazgos apuntan a que, si bien estas terapias en general tienden a reducir dicho riesgo, su eficacia varía significativamente según el tipo de medicamento utilizado.

En particular, el acetato de glatiramer (Copaxone y genéricos) y el dimetilfumarato (Tecfidera y genéricos) emergen como los fármacos con mayor efecto protector. En contraste, el fingolimod (Gilenya y genéricos) podría incrementar el riesgo de ACV, posiblemente de manera indirecta al elevar la presión arterial. 

Mayor riesgo cerebrovascular en pacientes con EM

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune progresiva en la que el sistema inmunitario ataca al sistema nervioso central, causando síntomas como fatiga, alteraciones motoras y problemas cognitivos. Además de estos efectos conocidos, los ataques autoinmunes pueden comprometer los vasos sanguíneos del cerebro y médula espinal, elevando el riesgo de ACV.

El estudio, una revisión sistemática de 21 investigaciones realizadas por equipos en Grecia y Alemania, encontró que los pacientes con EM tienen una mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular como hipertensión, colesterol elevado y diabetes, lo cual aumenta aún más su vulnerabilidad a accidentes cerebrovasculares. 

Glatiramer y dimetilfumarato: los más prometedores

Los investigadores destacaron que el acetato de glatiramer y el dimetilfumarato fueron los medicamentos que más consistentemente mostraron reducir el riesgo de ACV. Estos medicamentos están aprobados ampliamente en todo el mundo, tanto en versiones de marca como genéricas. 

Fingolimod: bajo la lupa

Por otro lado, el fingolimod fue relacionado con un mayor riesgo de eventos cerebrovasculares, algo que podría estar vinculado con su capacidad para elevar la presión arterial, un factor de riesgo importante para ACV. Este fármaco, si bien está aprobado en varios países, tiene indicaciones más limitadas dentro de la Unión Europea.

Casos poco frecuentes y limitaciones de los datos

Otros medicamentos, como los interferones beta (ej. Avonex) y alemtuzumab (Lemtrada), han sido asociados con reacciones graves poco frecuentes, como el síndrome urémico hemolítico, que puede causar accidentes cerebrovasculares si no se trata a tiempo.

“El inicio oportuno del tratamiento adecuado es crucial para prevenir desenlaces fatales”, indicó el equipo. Sin embargo, para varios otros tratamientos, como teriflunomida (Aubagio) y natalizumab (Tysabri), los datos son insuficientes para establecer conclusiones firmes sobre su relación con el ACV.

El estudio también reconoció importantes limitaciones metodológicas. Muchos trabajos incluidos fueron estudios de caso o series de casos, lo que restringe la generalización de los resultados. Además, los diferentes criterios de notificación entre estudios dificultaron la comparación directa. 

Personalización del tratamiento: una necesidad urgente

Los hallazgos señalan la necesidad de una medicina personalizada para los pacientes con EM. El riesgo cardiovascular debe ser evaluado individualmente al seleccionar una TME, especialmente en quienes ya presentan comorbilidades. 

Fuente consultada: AQUÍ

Últimos artículos