Investigadores de la Clínica Cleveland presentaron los resultados finales de la fase 1 de una vacuna experimental diseñada para prevenir el cáncer de mama triple negativo, una de las formas más agresivas y difíciles de tratar de esta enfermedad. Los datos muestran que la vacuna fue segura, bien tolerada y capaz de activar el sistema inmunológico en la mayoría de las personas que participaron en el estudio.
El ensayo incluyó a 35 participantes y evaluó principalmente la seguridad del fármaco y su capacidad para generar una respuesta inmunitaria. Según los resultados, el 74 % de los participantes desarrolló una respuesta inmune tras recibir la vacuna, mientras que los efectos secundarios fueron leves y se limitaron, en su mayoría, a inflamación localizada en el sitio de la inyección.
“El cáncer de mama triple negativo sigue siendo una de las formas más difíciles de tratar eficazmente”, señaló el Dr. G. Thomas Budd, investigador principal del estudio. “Estos resultados sugieren que la vacuna no solo es segura, sino que también logra activar el sistema inmunitario en una proporción significativa de pacientes”.
El estudio, iniciado en 2021 y financiado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, se desarrolló en tres grupos distintos: personas que habían sido tratadas previamente por cáncer de mama triple negativo y tenían alto riesgo de recaída; personas sin cáncer pero con mutaciones genéticas asociadas a alto riesgo que optaron por una mastectomía preventiva; y pacientes con enfermedad residual tras quimioinmunoterapia y cirugía.
La vacuna se basa en décadas de investigación y apunta a una proteína llamada α-lactoalbúmina, que normalmente solo está presente durante la lactancia, pero que reaparece en la mayoría de los tumores de mama triple negativo. La estrategia consiste en entrenar al sistema inmunitario para reconocer esta proteína y atacar las células tumorales si llegan a desarrollarse, sin afectar al tejido mamario sano.
El cáncer de mama triple negativo representa entre el 10 % y el 15 % de los casos, pero causa un número desproporcionadamente alto de muertes. Además, es más frecuente en mujeres con mutaciones del gen BRCA1 y ocurre con mayor incidencia en mujeres negras. A diferencia de otros tipos de cáncer de mama, no responde bien a terapias hormonales ni a tratamientos dirigidos, lo que limita las opciones terapéuticas.
Los resultados de esta fase 1 servirán de base para un estudio de fase 2, que evaluará la eficacia de la vacuna en la prevención del cáncer. Se espera que este nuevo ensayo comience a finales del próximo año y tenga una duración de dos a tres años.
Para los investigadores, estos hallazgos representan un paso importante hacia un enfoque preventivo del cáncer de mama más agresivo. Aunque aún se necesitan estudios más amplios, la activación del sistema inmunitario observada en esta fase inicial abre la puerta a una nueva estrategia para reducir el riesgo de una enfermedad que, hasta ahora, ha tenido opciones limitadas de prevención y tratamiento.Nota original AQUÍ









