Un grupo de investigadores se ha dedicado en los últimos años a desarrollar un caso relacionado a los alimentos y bebidas ultraprocesados, relacionándolo con algunas enfermedades crónicas y condiciones desfavorables para la salud.
Pese a esto, aun cuando la proporción aumentaba la evidencia que tenían los investigadores, los alimentos ultraprocesados se convirtieron en un factor sobresaliente en las dietas que las personas hacen a nivel mundial.
No obstante, los estudios que se han realizado recientemente han ido exponiendo la razón por la que dejar el consumo de alimentos ultraprocesados puede ser complicado. Este tipo de alimentos poseen una capacidad para quitar antojos intensos, y pueden desencadenar un tipo de adicción, tal como lo hace el alcohol o el tabaco. Es por esto que se han incentivado los esfuerzos para comprender mejor la naturaleza adictiva de este tipo de alimentos, así como determinar estrategias para combatirla.
El papel fundamental de la industria alimentaria
Ciertos alimentos tienen una mayor tendencia a provocar adicciones que otros. Por ejemplo, en las investigaciones realizadas, los participantes suelen mencionar el chocolate, la pizza, las papas fritas, las papas a la francesa y los refrescos entre los alimentos que consideran más adictivos. Todos estos comparten la característica de proporcionar grandes cantidades de carbohidratos refinados, grasas o sal, en niveles superiores a los que se encuentran en los alimentos naturales, como frutas, verduras y legumbres.
Asimismo, los alimentos ultraprocesados son elaborados de manera industrial, utilizando un proceso que implica un alto uso de potenciadores de sabor, aditivos, conservantes y empaques que los hacen duraderos. Esto ha saturado el mercado alimentario con productos económicos, accesibles y altamente placenteros que nuestra mente no está adecuadamente equipada para resistir.
Además de estos efectos significativos, la industria alimentaria frecuentemente utiliza estrategias que recuerdan a las grandes compañías tabacaleras. Alteran los alimentos para alcanzar nuestros «puntos de felicidad», maximizando el deseo de consumirlos y fomentando la lealtad a la marca desde una edad temprana. Esta alteración de los productos, junto con un marketing agresivo, hace que estos alimentos resulten atractivos y casi omnipresentes.
Según el Yale Food Addiction Scale, aproximadamente el 14% de los clientes y 12% siendo infantes, muestran signos clínicos altos de adicción a dichos alimentos. Esto representa una tasa similar de adicción de personas adultas consumidoras de sustancias legales como el tabaco y el alcohol. Dicho esto, se demuestra que la adicción a alimentos ultraprocesados es más común de lo que se piensa.
De este modo, quienes han estudiado el tema encuentran que los mecanismos cerebrales que asisten a los trastornos adictivos, como los antojos y la impulsividad, también se emplean en la adicción a alimentos ultraprocesados.