El mieloma múltiple, un tipo de cáncer hematológico que afecta principalmente a adultos mayores, se caracteriza por ser una enfermedad de evolución lenta y con síntomas difíciles de detectar en etapas tempranas. La doctora María García, hematóloga-oncóloga, explicó que a diferencia de las leucemias agudas, este cáncer suele diagnosticarse de manera tardía.
“El mieloma múltiple es un cáncer más insidioso, porque los síntomas van apareciendo poco a poco. Muchas veces se diagnostica tras una fractura causada por un movimiento simple, debido a las lesiones líticas que debilitan los huesos”, indicó la especialista.
Además de fracturas, los pacientes pueden presentar infecciones recurrentes. Esto ocurre porque las células plasmáticas malignas producen anticuerpos defectuosos. “Un paciente mayor de 60 años con dolores óseos nuevos o infecciones repetidas debe levantar una alerta. Incluso un hallazgo incidental en un laboratorio, como un aumento en las proteínas del plasma, puede ser clave para sospechar la enfermedad”, señaló García.
Entre los principales factores de riesgo, la doctora destacó la edad, los antecedentes familiares y la exposición a sustancias tóxicas. “El historial familiar es determinante, pero también influye el contacto con herbicidas, insecticidas, derivados del petróleo y otros agentes medioambientales. El cáncer en general está aumentando, y el mieloma múltiple no es la excepción”, advirtió.
De 3 a más de 15 años de sobrevida
El pronóstico del mieloma múltiple ha cambiado radicalmente en la última década. Según la doctora García, hace apenas unos años la expectativa de vida promedio era de tres años tras el diagnóstico. Hoy, gracias a nuevos tratamientos, los pacientes pueden vivir más de 15 años con la enfermedad controlada.
“El mieloma múltiple no se cura, pero lo tratamos como una condición crónica, similar a la diabetes. Los avances han sido increíbles: de una sobrevida de tres años pasamos a más de una década con terapias innovadoras”, explicó.
Terapias más allá de la quimioterapia
Si bien la quimioterapia sigue siendo una herramienta de tratamiento, las opciones actuales han diversificado el abordaje. “Hoy contamos con inmunoterapia, inmunomoduladores en pastillas, terapias dirigidas contra receptores específicos —lo que yo llamo ‘antenas’ de la célula maligna— y anticuerpos monoclonales. Estas terapias permiten atacar con mayor precisión al mieloma y mejorar la calidad de vida del paciente”, sostuvo García.
El trasplante autólogo de médula ósea, realizado con células del propio paciente, también continúa siendo una estrategia clave en el manejo de la enfermedad.
“Cada día se aprueban nuevos medicamentos para la oncología. Yo siempre le digo a los pacientes: no pierdan la esperanza. Si hoy no tenemos la terapia indicada, mañana puede estar disponible. La ciencia está avanzando a un ritmo impresionante”, concluyó la doctora.