El cambio climático no solo está alterando nuestros patrones climáticos, sino también nuestra salud. Las temperaturas en aumento y los cambios en los patrones de lluvia están creando las condiciones perfectas para la proliferación de enfermedades infecciosas.
En entrevista con el Dr. Carlos Álvarez, infectólogo colombiano, hablamos de cómo el calentamiento global está impulsando la propagación de enfermedades como el dengue, la malaria y la gripe aviar, y qué se puede hacer para enfrentar esta creciente amenaza.
El Dr. Álvarez señala que el cambio climático está permitiendo que los mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue y la malaria se adapten a nuevas altitudes y latitudes, poniendo en riesgo a poblaciones que antes estaban a salvo. «Hace apenas unos años, veíamos mosquitos a 1600 metros; hoy los encontramos a 2200 metros», afirmó el experto.
Esta expansión geográfica de los vectores, combinada con eventos climáticos extremos como El Niño, está provocando un aumento significativo en los casos de dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos.
Pero la amenaza no se limita al dengue. La gripe aviar, otra enfermedad zoonótica, también está siendo influenciada por el cambio climático. Los cambios en los patrones migratorios de las aves están facilitando la transmisión del virus de las aves a los mamíferos y, eventualmente, a los humanos.
«La gripe aviar es una amenaza real y creciente», advierte el Dr. Álvarez. «Si el virus logra adaptarse a los mamíferos, podríamos estar enfrentando una epidemia». Esto en contexto con los últimos hallazgos que se han presentado por esta enfermedad y su creciente amenaza para la población.
El cambio climático está reconfigurando el mapa de las enfermedades infecciosas, poniendo en riesgo la salud de millones de personas. Es fundamental que gobiernos, instituciones de salud y la población en general trabajen juntos para desarrollar estrategias efectivas de prevención y control.
La adaptación a este nuevo escenario epidemiológico, moldeado por el cambio climático, es un desafío urgente que exige una respuesta coordinada a nivel global. Las interconexiones entre el clima, los ecosistemas y la salud humana son cada vez más evidentes, y requieren de soluciones innovadoras.