En un aviso innovador y reciente comunicado oficial, el Cirujano General de los Estados Unidos, Dr. Vivek H. Murthy, ha destacado el crítico problema de salud pública relacionado con el consumo de alcohol y su vínculo directo con el cáncer. Esta revelación se basa en una investigación extensa, pero la conciencia del público sigue siendo alarmantemente baja, por lo que ha sido vehemente en afirmar que es un problema de salud pública que requiere acciones urgentes; como por ejemplo, poner etiquetas de riesgo de cáncer en los diferentes tipos de bebidas alcohólicas. Aquí exploramos la evidencia expuesta en dicha investigación, los riesgos mencionados en el documento extenso de más de 21 páginas y las recomendaciones para abordar esta causa prevenible de cáncer.
Alcohol y cáncer: Los hechos impactantes de los que nadie habla
Según el documento, el consumo de alcohol es la tercera causa prevenible de cáncer en los Estados Unidos, responsable de casi 100.000 casos de cáncer y 20.000 muertes anuales. A pesar de la alta prevalencia del consumo—72% de los adultos en EE.UU. informan consumo regular de alcohol—menos de la mitad reconoce el riesgo asociado de cáncer que implica este hábito. De hecho, la evidencia confirma que el alcohol contribuye al menos a siete tipos de cáncer específicos:
- Cáncer de mama (en mujeres)
- Cáncer colorrectal
- Cáncer de esófago
- Cáncer de hígado
- Cáncer de boca (cavidad oral)
- Cáncer de garganta (faringe)
- Cáncer de laringe (caja de la voz)
Es importante destacar que, lo novedoso de este comunicado e investigación, es que incluso bajos niveles de consumo de alcohol pueden aumentar el riesgo de cáncer. Incluso, para ciertos tipos de cáncer, como los de mama, boca y garganta, el riesgo puede comenzar a aumentar con tan solo una bebida diaria. Y esto incluye bebidas alcohólicas de consumo común como la cerveza.
¿Cómo el alcohol causa cáncer?
La investigación científica ha establecido cuatro mecanismos principales por los cuales el alcohol contribuye al desarrollo del cáncer y aquí te explicamos las diferentes «etapas»:
- Producción de acetaldehído: El alcohol se metaboliza en nuestro organismo como acetaldehído, un compuesto tóxico que puede dañar el ADN e impedir su reparación, lo que lleva a mutaciones cancerígenas.
- Estrés oxidativo: El alcohol, una vez ingerido y metabolizado, genera especies reactivas de oxígeno que causan inflamación y dañan componentes celulares, incluyendo ADN, proteínas y lípidos importantes en el cuerpo.
- Cambios hormonales graves: El alcohol puede aumentar los niveles de estrógeno, lo que está vinculado a un mayor riesgo de cáncer de mama.
- Solvente de carcinógenos: El alcohol puede facilitar la absorción de carcinógenos dañinos, como los del humo de tabaco, aumentando el riesgo de cánceres de boca y garganta.
¡La cantidad de alcohol que ingerimos sí importa cuando se trata de cáncer!
En la investigación, se describe que ña relación entre el alcohol y el cáncer depende de la dosis—ya que cuanto más se bebe, mayor es el riesgo de padecer alguno de los tipos de cáncer anteriormente mencionados. Por ejemplo:
- Un estudio mostró que las mujeres que consumen dos bebidas diarias tienen un riesgo de por vida del 15.3% de cáncer de mama en comparación con el 11.3% de aquellas que beben menos de una bebida por semana.
- Los hombres que beben dos bebidas diarias tienen un riesgo de por vida del 13.1% de cánceres relacionados con el alcohol en comparación con el 10.0% de los bebedores mínimos.
Así que, reducir el consumo de alcohol, incluso modestamente, puede disminuir el riesgo de cáncer en general. Incluso, la abstinencia a largo plazo ha demostrado una reducción en el riesgo de cáncer de boca y esófago.
La brecha en la salud pública respecto a concienciar sobre la relación del cáncer con el alcohol
A pesar de la evidencia sólida presentada, el Dr. Murthy destaca que la conciencia pública sobre el papel del alcohol en el cáncer sigue siendo insuficiente. En una encuesta de 2019, solo el 45% de los estadounidenses reconocieron el alcohol como un factor de riesgo de cáncer, en comparación con el 91% para la exposición a radiación y el 89% para el consumo de tabaco. Esta brecha de conocimiento persiste a pesar de décadas de acumulación de evidencia.
Para esto, hay 5 recomendaciones importantes:
El Cirujano General ha delineado pasos concretos para abordar este tema urgente y propone lo siguiente:
- Actualizar las etiquetas de advertencia: El Congreso debería exigir advertencias sobre el riesgo de cáncer en los envases de alcohol para mejorar la visibilidad y la conciencia pública.
- Reevaluar las directrices de cáncer: Las pautas nacionales sobre el consumo de alcohol deben reflejar la última evidencia que vincula el alcohol con el riesgo de cáncer.
- Ampliar la educación sobre el alcohol y su impacto en la salud: Las campañas de salud pública deben enfatizar los riesgos de los cánceres relacionados con el alcohol, similar a las campañas exitosas contra el tabaco.
- Re-pensar el rol de los profesionales de la salud: Los médicos deben evaluar el consumo de alcohol de los pacientes y educarlos sobre los riesgos de cáncer. Las intervenciones breves y las referencias a tratamiento pueden ser efectivas.
- Elecciones individuales más conscientes: Para los individuos, reducir el consumo de alcohol—o abstenerse—es un paso crítico. Recuerde, menos alcohol significa menos riesgo.
Tal como declaró el Cirujano General en sus redes sociales: “Sea consciente de que el riesgo de cáncer aumenta a medida que bebe más alcohol. Al considerar si beber o cuánto beber, tenga en cuenta que menos es mejor en cuanto al riesgo de cáncer.” Sobretodo, entendiendo que los casos de cáncer relacionados con el alcohol son prevenibles. Al actualizar las políticas, mejorar la conciencia pública y fomentar la responsabilidad individual, podemos reducir significativamente la carga de estos cánceres. Los profesionales de la salud, los responsables políticos y los líderes comunitarios deben colaborar para priorizar este tema y proteger la salud pública.