La salud cardíaca de los niños es un tema que cada vez más preocupa a los padres, y las arritmias son condiciones que, aunque poco comunes, pueden tener repercusiones significativas en la vida de los más pequeños. El Dr. Álvaro Arenas, electrofisiólogo pediatra señala que detectar estas anomalías en el ritmo del corazón no siempre es sencillo, especialmente en niños menores de dos años, quienes no pueden expresar lo que sienten.
Signos en niños pequeños
En los más pequeños, los síntomas de una arritmia suelen manifestarse a través de cambios en su comportamiento y energía. Los padres pueden notar que su hijo está más decaído, presenta falta de apetito, muestra un aumento en la somnolencia o, por el contrario, se vuelve irritable y llora sin causa aparente. Estos cambios pueden ser indicativos de una arritmia, como una taquicardia, que requiere atención médica inmediata.
Indicadores en niños mayores
A medida que los niños crecen, pueden comenzar a verbalizar lo que sienten. Los niños mayores pueden reportar que sienten su corazón acelerado, experimentar desmayos o síncopes, o notar una disminución en su capacidad para realizar actividades físicas que antes disfrutaban. Asimismo, pueden quejarse de dolor en el pecho. Ante cualquiera de estos síntomas, es crucial acudir al médico de inmediato.
Para confirmar una arritmia, el Dr. Arenas menciona que generalmente se realiza un electrocardiograma (ECG), una prueba que permite evaluar el ritmo cardíaco y detectar cualquier anomalía. Un ecocardiograma, que es una ecografía del corazón, también puede ser necesario para examinar la estructura y función cardiaca.
Dependiendo de los resultados, podrían requerirse pruebas adicionales, como un holter, que monitoriza el ritmo cardíaco durante 24 horas o más, o una prueba de esfuerzo para observar cómo responde el corazón durante la actividad física. En algunos casos, se utilizará una mesa basculante para evaluar la respuesta del cuerpo a cambios en la posición.
Opciones de tratamiento
Una vez establecido un diagnóstico, se definirán las opciones de tratamiento, que pueden incluir medicamentos o cambios en el estilo de vida. En situaciones más complejas, puede ser necesario realizarse un estudio electrofisiológico o la colocación de un dispositivo que ayude a regular el ritmo cardíaco. “Estos son procedimientos ya invasivos que se hacen en una sala que se llama un laboratorio de electrofisiología que se van a hacer bajo anestesia general en el cual vamos a introducir algunos catéteres en el corazón para curar la arritmia”, concluye el experto.
Los padres deben estar atentos a cualquier cambio en la salud y comportamiento de sus hijos y no dudar en buscar atención médica ante cualquier inquietud. La detección temprana de arritmias puede ser clave para garantizar una vida saludable y activa para los niños afectados.