Diabetes y dolor de rodilla: la complicación que pasa desapercibida

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Especialistas advierten que la inflamación crónica y la neuropatía pueden vincular a la diabetes con el dolor articular, más allá de la obesidad o la artrosis.

“Muchos pacientes, e incluso médicos, tienden a centrarse en complicaciones más típicas de la diabetes como la neuropatía o el entumecimiento de los pies, pero la enfermedad también puede afectar a las articulaciones, incluidas las rodillas”, explicó el Dr. Scott Isaacs, presidente de la American Association of Clinical Endocrinology, en declaraciones recogidas por Univadis.

El dolor de rodilla en personas con diabetes a menudo se atribuye exclusivamente al exceso de peso o a la artrosis, pero el control deficiente de la glucemia también genera inflamación sistémica capaz de dañar directamente los tejidos articulares y circundantes. Este proceso produce dolor, rigidez y edema similares a los de la artritis, que pueden coexistir con neuropatía diabética, agravando las molestias.

El Dr. Isaacs subrayó que los episodios repetidos de hiperglucemia a lo largo de los años dañan vasos sanguíneos y tejido conjuntivo, contribuyendo a un microambiente inflamatorio persistente. “Así como la diabetes afecta los nervios y vasos de los pies, también puede dañar las rodillas, haciéndolas más propensas al dolor e incluso a la artritis”, puntualizó.

Entre los factores asociados, la obesidad sigue siendo un elemento clave, ya que sobrecarga las articulaciones de carga como la rodilla y acelera la degeneración del cartílago. Sin embargo, incluso pacientes con peso normal pueden experimentar dolor debido a los mecanismos inflamatorios propios de la diabetes.

El abordaje clínico requiere diferenciar entre dolor neuropático y dolor inflamatorio-articular, pues ambos demandan estrategias distintas: desde el control metabólico estricto hasta fisioterapia, antiinflamatorios o intervenciones más específicas para artrosis. Asimismo, la educación al paciente sobre la conexión entre diabetes y articulaciones puede mejorar la adherencia a cambios en el estilo de vida.

En conclusión, el dolor de rodilla en personas con diabetes no debe minimizarse ni atribuirse solo al exceso de peso. Reconocer esta complicación emergente permite un manejo integral que proteja la movilidad y la calidad de vida de los pacientes, reforzando la necesidad de un control glucémico temprano y sostenido.

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